Paradójicamente, la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales está teniendo efectos inesperados. La Asociación Protectora de Animales y Plantas El Arca de Noé ha notado un incremento en el abandono de perros sin michochip desde la entrada en vigor el pasado septiembre de la nueva normativa, una tendencia al alza que se está agravando durante el periodo estival. «La situación es crítica cada verano y este año, todavía más», alerta Ana Martínez, voluntaria.
A su juicio, este aumento se debe al desconocimiento que hay sobre la ley, poniendo como ejemplo que, anteriormente, cuando una persona perdía un perro sin microchip, que es obligatorio con la nueva norma, se pasaba por el albergue para preguntar si estaba allí. «Ahora tienen miedo de que se les sancione y no vienen. Nosotros no tenemos competencia para multar», deja claro.
El aumento se ha percibido especialmente en el caso de perros grandes que responden al perfil de animal que está en parcelas o naves, y que no están regulados con un microchip. Además, también están entrando ejemplares de razas «de moda», como el pastor belga malinois, que son muy activos, algo que no saben gestionar algunos propietarios, que acaban deshaciéndose de ellos.
El abandono de camadas es otro de los problemas que se intensifican en verano. Como muestra «espeluznante», desde El Arca de Noé denuncian que la semana pasada aparecieron cinco cachorros de galgo en una caja junto a un contenedor.
Asimismo, alertan del gran volumen de cachorros de gatos comunitarios que han recogido este año por toda la ciudad. De hecho, en el albergue hay ahora 80 gatos, al límite de su capacidad para felinos. En cuanto al apartado para perros, en la actualidad ronda los 200 ejemplares, siendo 250 el máximo. A estas cifras hay que sumar más de 200 gatos y 70 perros que están en casas de acogida. «Necesitamos urgentemente más familias», pide, mientras reclama responsabilidad a los dueños de animales. «Hay alternativas para no abandonarlos en vacaciones», incide.