Aquel 'once tipo' de ese equipo estaba formado por Given en la portería, Kompany y Touré como centrales, Richards y Zabaleta en los laterales, De Jong y Barry en el doble pivote, Wright-Phillips y Robinho en las bandas, y Adebayor y Tévez en la delantera. Un lujo. Roberto Mancini intentó arreglar en media temporada un inicio errático con Mark Hughes en el banquillo… pero no lo logró. Era la 09/10, y con solo 18 victorias en 38 partidos (más 13 empates y siete derrotas), el Manchester City terminó en la quinta posición. Conviene, en este caso, echar la memoria atrás porque esa fue la última vez que los 'sky blue' se quedaron fuera de los cuatro primeros puestos -o sea, fuera de la Liga de Campeones- y esta temporada, contra todos los pronósticos, amenazan con repetir el fiasco.
Por seguir utilizando la memoria para afianzar el contexto, el cuadro inglés no entraba en ninguna lista de 'grandes' británicos hasta la inyección económica de Emiratos Árabes. Ha ganado ocho de las últimas 14 Ligas, pero hasta 2012 era otro equipo 'del montón', apenas había levantado dos títulos (1937 y 1968) y estaba en el 'ranking' inglés al nivel de Tottenham, Derby County, Burnley o Portsmouth, y por debajo de sus máximos competidores actuales (solo superaba al Chelsea, que hasta la irrupción de Roman Abramovich solo tenía una Liga, en 1955).
La modernidad lo cambió todo. Aunque Mansour bin Zayed se hace con el control del club en 2008 (250 millones de euros tuvieron la culpa), el golpe de timón se produce a partir de la fundación del City Football Group, una visión empresarial del español Ferrán Soriano detallada en su libro de 2011 Gol: el balón no entra por casualidad, en el que señalaba que la evolución natural de las marcas de los clubes era expandirse globalmente. A golpe de 'petrodólar', la entidad se agiganta. Y en 2012 arranca el gran dominio 'citizen', sublimado en la última 'era Guardiola', campeón de seis de las últimas siete Premier y el ansiado título de la Liga de Campeones en 2023.
Sin Rodri
Señalado de nuevo como el gran favorito a comienzos de la campaña, más desde que al Liverpool se le preveía una temporada de transición después de la salida de Jurgen Klopp, el 22 de septiembre se desmoronaba todo. Como si Rodri fuese la piedra angular que lo sujetaba todo sobre el césped, cuando el flamante Balón de Oro se rompió los ligamentos de su rodilla y dijo adiós a todo el curso, se abrió la caja de los truenos para Pep Guardiola, incapaz de encontrar soluciones a la ausencia del mejor mediocentro del mundo.
Por primera vez en siete años, los celestes ofrecieron síntomas de agotamiento y debilidad, y finalmente en diciembre se desató la crisis deportiva. Desde que el grupo inversor de Abu Dabi compró el equipo, el City jamás había perdido más de tres partidos en Liga: el equipo enlazó cuatro. Fueron cinco seguidos contando la Champions. Y enlazó hasta ocho sin ganar. De hecho, un combinado de Guardiola (que entrena en la élite desde la 08/09), jamás había perdido seis encuentros en una misma Liga…
Todas esas estadísticas se han quebrado en una 24/25 para el olvido: son ya nueve derrotas en la Premier League y el bloque es quinto en la tabla, a 22 puntos del Liverpool: 48 frente a 70 de los 'reds'. Y, aunque es cierto que la distancia es mínima respecto a la cuarta plaza (el Chelsea tiene 49), el Newcastle y el Brighton están justo detrás de los 'citizens' con 47 puntos. Los de Guardiola tienen el 'golaverage' ganado con las 'urracas'… pero no contra las 'gaviotas': perdieron en Brighton en la primera vuelta (2-1) y en la última jornada de la Premier el partido terminó con un 2-2.
Le quedan nueve intensas jornadas de Liga, ya eliminado de cualquier otra competición, para asegurar al menos la quinta plaza (Inglaterra lidera ampliamente el 'ranking' UEFA y obtendrá uno de los dos puestos extra en la Champions 25/26). ¿El calendario? Cinco compromisos en casa y cuatro a domicilio, entre ellos el gran derbi de Mánchester, que se jugará en Old Trafford el próximo 6 de abril. Un partido que puede marcar un final de campaña que nadie en el Etihad esperaba vivir.