Editorial

El fango se sobrepone a los acuerdos de Estado

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El país no necesita oradores exaltados todos los días, necesita negociaciones y acuerdos entre los dos grandes partidos políticos

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, utilizó el juego de las amnistías para lanzar un nuevo dardo envenenado al secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En una entrevista a El Español, el líder popular aseguró que su homólogo socialista se mantiene en el poder gracias a dos amnistías: «una a través de una ley y otra a través de sentencias del Tribunal Constitucional. Sánchez ha amnistiado a Puigdemont con una ley y a los de los ERE con el Constitucional», sentenció. Núñez Feijóo insiste en lanzar todos sus ataques en el frente abierto en los tribunales, donde el presidente del Gobierno supo jugar sus bazas para conseguir su principal objetivo: ceder ante los independentistas para mantenerse en el poder, y, de paso, lograr otro, que llevaba tapado: rehabilitar a los políticos socialistas condenados por el caso de los EREde Andalucía. Y aquí no ha pasado nada.

Por su parte, el PSOE respondió a Núñez Feijóo con un vídeo de la ministra portavoz, Pilar Alegría, en el que asegura que «el Partido Popular de Feijóo es el partido del insulto, la mentira y la exageración. La derecha del fango y del todo vale. La derecha de la palabra y del todo vale. Un Partido Popular que de tanto copiar las políticas de la ultraderecha ha acabado mimetizándose con ella».

Los dos grandes partidos políticos de España, los únicos que pueden gobernar, por historia, experiencia y responsabilidad para con los españoles, para con todos los españoles, están más preocupados en bajar al fango de los dimes y diretes, que de intentar firmar algo constructivo. Parecía que con la firma del acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se ponía fin a una época convulsa y de bajo nivel en la política española. Fue flor de un día, porque al día siguiente en el Congreso, tanto Pedro Sánchez como Alberto Núñez Feijóo volvieron a lanzarse todo tipo de acusaciones e improperios y la Cámara Baja volvió a sumergirse en el fango. 

El país no necesita oradores exaltados todos los días, necesita negociaciones y acuerdos entre los dos grandes partidos políticos para que España no se quede estancada ni que su economía dependa en buena medida de la campaña vacacional. Mientras los políticos se atacan mutuamente, los jóvenes con talento emigran a otros países, tanto de Europa como de América, donde se les valora más y aprovechan su potencial, lo que agranda la distancia entre nuestro país y otros occidentales. Es hora de pararse, reflexionar y dirimir si es más rentable seguir en el fango o intentar construir beneficios para el país. Es más probable que sigamos instalados en el fango, pero... luego no nos lamentemos.