Declaración de Almudena Lastra, fiscal superior de Madrid, ante el juez instructor de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en el transcurso de la investigación sobre un presunto delito de revelación de secretos que inculparía al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
-"¿Álvaro , lo has filtrado tú?"
-"Esto ahora no importa".
¿Qué se pude decir tras conocer semejante testimonio en boca de una magistrada? Pues que la situación de García Ortiz va camino de ser insostenible. Por si fuera poco, resulta que un segundo fiscal, Julián Salto, titular de la fiscalía de Delitos Económicos, ha señalado que en la Fiscalía no existe ningún protocolo de borrado que obligue a hacer desaparecer el contenido de los mensajes de los teléfonos como hizo García Ortiz en los días en los que funcionarios de la Guardia Civil, en su condición de policía judicial, investigaban el caso. Del testimonio de Almudena Lastra se desprende que García Ortiz pudo haber filtrado datos confidenciales que afectaban a Alberto González Amador (novio de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso) a quien la Agencia Tributaria investigaba por dos delitos fiscales. Datos que tras pasar por La Moncloa llegaron al diputado socialista de la Asamblea de Madrid Juan Lobato como "munición" argumental contra la presidenta regional.
Las declaraciones de los dos fiscales ante el Tribunal Supremo sitúan la continuidad de Álvaro García Ortiz al frente de la Fiscalía General del Estado en el límite de lo tolerable en términos de decoro institucional. Se le está acabando el tiempo para asumir con dignidad que la única salida honorable a su apurada situación pasa por renunciar al cargo.
Tras conocer estos extremos, ¿seguirá diciendo el presidente del Gobierno que hay que pedir perdón a Álvaro García Ortiz? "¿Quién le va a pedir perdón? -preguntó Sánchez. ¿Quien lo va hacer por haber pedido su dimisión sin pruebas, con falsas acusaciones ,con bulos y desinformación". Sería una novedad que Pedro Sánchez reconociera que se excedió al amparar a quien no parece que cumplió con su deber de combatir la injusticia sin caer en ella.