Hoy, 1 de septiembre, se celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, con la que comienza el Tiempo de la Creación, período anual para rezar y actuar por la creación, que culminará el 4 de octubre con la fiesta de San Francisco de Asís.
Espera y actúa con la creación es el tema central de esta Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación. Está inspirado en la Carta de San Pablo a los romanos 8,19-25, donde el apóstol aclara lo que significa vivir según el Espíritu y se concentra en la esperanza cierta de la salvación por medio de la fe, que es la vida nueva en Cristo.
Salvar el planeta de la crisis climática es urgente y «toda la creación está implicada en este proceso», nos dice el papa Francisco en su mensaje para esta Jornada. «Esperar y actuar con la creación significa aunar esfuerzos y, caminando junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, contribuir a repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites», continúa el Papa.
La Iglesia española se adhiriere a este evento a través del mensaje de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española.
Los obispos españoles en su comunicado, abordan la responsabilidad del ser humano como custodio de la creación. Resaltan que el ser humano no debe verse a sí mismo como el centro absoluto del universo, sino reconocer su interdependencia con otros seres vivos y el medio ambiente. La dignidad humana, indican, está intrínsecamente ligada a la protección del entorno natural, un acto que es esencial no solo para la supervivencia de otras especies, sino también para la preservación de la propia humanidad.
El mensaje también hace eco del lamento de San Pablo, quien habla de una creación que «está gimiendo y sufre dolores de parto» (Rom 8, 22), una metáfora que los obispos relacionan con las crisis actuales como las guerras, la contaminación y las injusticias sociales. A pesar de este dolor, la Iglesia llama a sus fieles a no caer en la desesperación, sino a abrazar una esperanza activa y realista, cimentada en la creencia de que todos estamos llamados a colaborar en la construcción de un mundo mejor, guiados por el amor de Dios y la promesa de una creación renovada.
compromiso. Concluyendo con palabras de aliento, los obispos españoles recuerdan que la esperanza cristiana no defrauda. A través de la fe y el amor, podemos ser testigos de una esperanza viva, encarnada en la realidad cotidiana y en el compromiso de cuidar de nuestra casa común para las generaciones presentes y futuras.
Este mensaje de los prelados, que resuena con urgencia y propósito, es un recordatorio poderoso de que todos somos responsables del futuro de nuestro planeta y de la humanidad. Llama a unirse en oración y acción, renovando nuestra esperanza y compromiso con la creación.
El evento de apertura del Tiempo de la Creación será una oración en línea hoy con líderes religiosos de distintas denominaciones cristianas que brindarán oraciones de intercesión para dar gracias por la creación. A lo largo del mes habrá otros eventos, en especial sobre la acción por los combustibles fósiles, y la oración de clausura que será en el día de San Francisco de Asís.
Comunidades cristianas alrededor del mundo lo celebrarán, especialmente en Timor Oriental, que del 9 al 11 de septiembre recibirá la visita del Papa Francisco y han lanzado la campaña Un árbol para el Papa. Como parte de esta campaña y del Tiempo de la Creación, los ciudadanos de Timor Oriental ofrecerán al Papa un árbol para honrarlo y agradecer su compromiso con la gestión ambiental.
Asimismo, desde Venecia, Italia, con un Festival de la Creación, hasta Nueva Jersey, Estados Unidos, con un rosario por la creación y charlas de formación; desde Reino Unido, con caminatas por la creación, hasta Newcastle West, Australia, con eventos de formación; y en muchos rincones más del mundo, las comunidades ya están en acción.
«El cuidado de la creación no es sólo una cuestión ética, sino también eminentemente teológica: concierne al entrelazamiento del misterio del hombre con del misterio de Dios» termina expresando el Papa en su mensaje para esta Jornada.