Desde hace ya más de dos años, los alcaldes de varios municipios de las provincias Albacete y Murcia, situados a lo largo de la línea ferroviaria Chinchilla-Cartagena, se hacen todos una misma pregunta: ¿cuándo volverá a pasar el tren?
La respuesta aún no se sabe, al menos de forma oficial, pero algo es seguro: como mínimo, habrá que esperar, hasta finales de año, de acuerdo a las bases de un proceso de licitación abierto por ADIF el pasado día 11 de julio.
En esa fecha, se publicó la licitación el contrato de las obras «para la supresión de la limitación temporal de velocidad a 80 kilómetros por hora, que afecta al tramo metálico comprendido entre los kilómetros 337, 50 y 338» de esta línea.
Este tramo ferroviario tiene 500 metros de logitud y es el que se encuentra justo antes de llegar a la estación de Tobarra. El valor estimado del contrato, de acuerdo a las bases de la licitación, asciende a algo más de 264.000 euros.
Según las condiciones de este contrato, el plazo de presentación de ofertas por parte de las empresas interesadas llegar hasta el 17 de septiembre. En cuanto al acto oficial de apertura de las ofertas, será el 26, nueve días más tarde.
Pero, además, el plazo previsto de ejecución de las obras será de tres meses, siempre de acuerdo a la documentación del procso de licitación. Eso significa, en primer lugar, que la línea estará cortada durante el último trimestre del año.
En segundo lugar, implica que el tan ansiado retorno del tráfico de pasajeros no se producirá al menos hasta inicios de enero, que será cuando terminen los trabajos en este tramo de medio kilómetro.
En cuanto a las obras a ejecutar, detrás del título del contrato se esconde la sustitución de las traviesas de madera por otras más modernas, para así poder aumentar la velocidad en este tramo.
De hecho, ADIF reconoce que el tramo «consta de vía única de ancho convencional, sin electrificar, en el que existe limitación temporal de velocidad máxima a 80 kilómetros por hora debido al mal estado de la vía», aunque de acuerdo al cuadro velocidades máximas de la línea, la velocidad en esta zona es de 130 kilómetros por hora.
También se contempla el desmontado de las encarriladoras existentes, para su revisión y para reemplazar las piezas y los elementos en mal estado.