«La música electrónica no conoce fronteras, su influencia ya quedó demostrada hace décadas. Y la escena del baile, del club, está presente allá donde haya un público dispuesto a dejarse llevar y un par de altavoces con suficiente potencia». Así se pronuncia el polifacético Javier Montero Molera, quien, formando parte destacada del colectivo Axioma, va a organizar el próximo mes de noviembre en Madrid, por tercer año consecutivo, un gran festival de este tipo de música con profesionales de nuestro país y de otros. Este joven paisano, que también ejerce de promotor, mánager de otros profesionales, DJ y dominador de varios instrumentos -«aunque de lo que más ejerzo es de albacetense, precisa a La Tribuna-, lamenta que en su tierra no exista una propuesta siquiera de esta música como en otras ciudades del país. Ya que, cual agrega, «goza de una enorme salud allá donde se prodiga, y es una lástima que en Albacete, pese a algunos intentos, no se haya consolidado».
Al margen de esta queja, cuenta que hace dos años creó el colectivo Axioma con amigos y compañeros musicales que querían unificar diferentes vertientes (disco, techno, house, acid) en un recorrido, un viaje sin principio ni final. «Apoyado en una propuesta visual que acompañe a la música, consistente en pasillos interminables y galerías infinitas, espirales que te hacen sumergirte en la dirección del baile, donde lo importante es conectar con una comunidad, liberarte del estrés diario y dejarse llevar por una buena vibra».
Y es que, para argumentar más su pasión por este estilo, cuenta que aunque parezca difícil de imaginar, la historia de la música electrónica comienza en los albores del siglo pasado. Ingenieros, pioneros y vanguardistas iniciaron así un camino apasionante, donde la tecnología -aún primitiva- jugaba un papel esencial y la música brillaba por su ausencia, sobre todo en melodía y conexión con el público. «Fueron décadas de investigación y experimentación en varios países como Jamaica, Reino Unido y Estados Unidos, pero fue en Alemania donde nacieron los mayores exponentes de la revolución del futuro: con Kraftwerk como abanderados».
Añade que tras este legendario grupo surgieron muchos artistas y bandas más que fueron los precursores de diversos géneros que estaban aún naciendo. Y ahora, tras más de medio siglo, continúan estando presentes en las radios de todo el mundo. Además, con una influencia mayúscula: el uso de sintetizadores, ritmos lineales o las voces robóticas fueron su sello de identidad y sin su ayuda no hubiesen existido Mecano o Madonna. Con lo que concluye afirmando que «el hip-hop no se puede entender sin ellos, y géneros como el dance, el house, techno o el trance no serían nada sin los germanos».
Y, de lo general, a lo particular, más en el caso de la nula relación entre la música electrónica y Albacete, asunto que tiene clavado, y con el que vuelve a la carga. Máxime, como él presume en todas partes -recientemente Estados Unidos también-, con la más que interesante vida nocturna de la capital de la provincia: «Sólo hace falta salir a la calle por el centro un viernes o un sábado para sentirlo. Además considera que el equipamiento necesario no dista demasiado del que disponen pubs y discotecas de La Zona: buen equipo de sonido, una pista de baile y un DJ. Y remata: "No sé hasta qué punto el público demanda esta variante de ocio, pero estoy seguro que, además, hay una oportunidad de negocio».
Precisamente Montero ha regresado hace poco de EEUU, concretamente de Miami. Ciudad a la que define como una de las más importantes a nivel musical por ser el puente entre Latinoamérica con Norteamérica, y numerosos músicos, productores y compositores, como él, se encuentran allí, haciendo de enlace a todos los artistas que buscan expandir sus horizontes y hacerse un hueco en otros territorios. En su caso, tanto por su trabajo como A&R Repertoire & Content de la multinacional Universal Music Spain, como en sus labores por libre, destaca que buscaba «nuevas sonoridades, estribillos radiables y otra visión de componer y producir canciones».
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