Todas las vendimias son complicadas, pero la de este año 2024 se lleva la palma porque casi a cada instante se abre un nuevo frente para los viticultores europeos, españoles, castellano-manchegos y albacetenses, según UPA.
El secretario regional de la organización, Julián Morcillo, y el responsable sectorial, Alejandro García-Gasco, enumeraron unos cuantos de esos frentes, que exigen dar el 'do' de pecho a las administraciones y a los profesionales de cara a una campaña que se prevé superior a la de 2023, cuando se produjeron 28,4 millones de hectolitros en la región, un 21% más que en la campaña precedente.
Y, para empezar, la primera en la frente: "Por primera vez, el viñedo ya no es el principal cultivo leñoso de Castilla-La Mancha; ese puesto corresponde ahora al cultivo del olivar", confirmó García-Gasco.
Pero, a pesar de su simbolismo, ése es el callo que menos duele. Está, por ejemplo, un cambio a gran escala en el mapa vinícola provincial, regional, nacional y hasta europeo, impulsado por factores como el cambio climático o el cambio en las preferencias de los consumidores, que optan cada vez más por el vino blanco, en detrimento del tinto.
"Eso implica plantearse medidas como reinjertar viñas para pasar del tinto al blanco, y no sólo pasa aquí, sucede incluso en Australia", reconoció.
En paralelo, está el eterno problema de la rentabilidad de las explotaciones que, a su vez, tiene sus propias aristas, como son la no-aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria o los precios de las célebres y denostadas 'tablillas'.
De hecho, desde UPA no sólo se plantean denuncias, sino que se proponen medidas como "condicionar las ayudas que da la Junta de Comunidades a las empresas vinícolas al estricto cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria".
Otras medidas ya son clásicos de los tiempos de vacas flacas del sector, como el arranque de viñedo o la destilación de crisis. Pero lo llamativo es que, por primera vez, ya es general, porque se plantean en todo el continente.
"Hace poco, tomamos parte en el Comité Mixto España-Francia-Italia", explicó, "y por ejemplo, en Francia defienden un 'arranque social' de viñedo de 60.000 hectáreas".