Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


Pasaron las elecciones europeas...

23/06/2024

Pasaron las elecciones europeas y España continuó a lo suyo, al intento de autodestrucción más despiadado, en el que los políticos no dudan en cambiar de principios con tal de mantenerse en el cargo, aunque no tengan un poder relevante. 
Pasaron las elecciones europeas y depositaron políticos populistas en las instituciones, aunque éstos ya hace tiempo que desembarcaron en la política, en ámbitos más modestos. Desde hace años populistas hay desde los ayuntamientos hasta las más altas instancias de las administraciones que rigen los destinos de las sociedades supuestamente más avanzadas.
Pasaron las elecciones europeas y ya nadie se acuerda de las elecciones europeas. Fueron entretenimiento de la clase política, que no consiguió movilizar a los ciudadanos, porque Bruselas sigue estando a miles de kilómetros de nuestros hogares y sólo nos acordamos de la Unión Europea cuando nuestra nariz choca contra el tapón de plástico al beber agua o un refresco. Entonces sí que nos acordamos de Bruselas, pero para maldecir a los eurodiputados que decidieron que el tapón era parte indivisible de la botella.
Pasaron las elecciones europeas y el foco volvió a Cataluña y a la Fiscalía General del Estado, donde el poderoso intenta prevaricar para perdonar lo imperdonable y denostar una de las instituciones jurídicas claves para el funcionamiento de una democracia.
Pasaron las elecciones europeas y la hoguera de las vanidades sigue consumiendo personajes públicos, desde los más válidos -la democracia llora- hasta los más ineptos, que amagan con irse, pero continúan en su cargo, porque no son políticos de condición, sino de profesión, una profesión que termina cuando los electores dejan de votarlos. Hemos profesionalizado una condición de un ser humano… ver para creer.
Pasaron las elecciones europeas y Nerón hacer vibrar su lira mientras Roma arde por los cuatro costados. Los imperios no son eternos, así que mucho menos los sistemas políticos. Sigamos instalados en la bronca diaria, mientras el mundo que conocimos se deshace como un azucarillo.
Pasaron las elecciones europeas y todo sigue igual, aunque nada volverá a ser como antes… hemos iniciado un camino sin retorno que no sabemos hacia donde nos llevará.