Castilla-La Mancha es este 2024 Región Europea del Deporte. En La Tribuna queremos contribuir también con nuestro granito de arena a la conmemoración de este año y por eso hemos contactado con una treintena de castellanomanchegos vinculados con el deporte para que nos cuenten desde dentro cómo es su mundo y qué lecciones podemos sacar de su experiencia. A lo largo de este mes de junio podrán leer cada día los testimonios de deportistas de élite, de los que están empezando y de los que acaban de dejarlo, de quienes han sido olímpicos o paralímpicos y de quienes lo serán en solo unas semanas en París, de quienes son entrenadores, directores deportivos, guías o incluso seleccionadores.
«Las instituciones no ven que el deporte de élite es fundamental para el deborte base»
El preparador físico toledano, Chicho Ibáñez, hizo «la mili» de su formación en Gran Canarias donde aprendió de «un buen profesorado» las herramientas necesarias para poner en forma y tratar los problemas de los deportistas en los equipos que ha formado parte.
Su primer contacto con el fútbol sala fue en el Colegio Maristas de Toledo, pero para llegar a ser preparador físico del Inter Movistar, uno de los tres equipos más laureados de España, ha tenido que pasar por varias etapas. De todas ellas, recuerda que su paso por el Dinamo de Moscú le otorgó estatus internacional dentro del mundo del fútbol sala al ser «el primer preparador físico extranjero», de la liga rusa.
«Tuve mucha responsabilidad porque el equipo tenía que dar un salto de calidad al perder dos finales de Copa Europa consecutivas. Me tuve que adaptar a una cultura distinta y me sentí muy satisfecho», manifiesta Chicho Ibáñez.
En la actualidad y desde hace 10 años, Ibáñez lleva preparando a los mejores jugadores de fútbol sala de España y del mundo en el Inter Movistar. Desde esa posición, considera que el fútbol sala de Toledo necesita tener referentes para que las nuevas generaciones tengan en quien verse reflejado. «En Castilla Mancha, creo que nos falta todavía un poco más de reconocimiento porque el deporte de élite todavía no está consolidado», apunta el preparador físico.
En este sentido, critica que «las instituciones no han visto que el deporte de élite es fundamental para el deporte de base». Ibáñez asegura que Toledo es una ciudad que «llegó a ser un centro neurológico» del fútbol sala en España. «De hecho todavía los mejores técnicos del fútbol sala son toledanos», destaca Ibáñez, que lamenta que esa cultura que existe «está desapareciendo».
De todos los momentos vividos en su trayectoria profesional, el preparador físico toledano resalta los títulos, un número que asciende a 25 copas. De todos ellos, destaca la Copa de Europa con el Dinamo de Moscú. «Para mí fue como un punto de inflexión en mi carrera», realza el toledano.
Finalmente, confía en que el fútbol sala vuelva a ser una opción preferente para deportistas jóvenes de Toledo con referentes y el apoyo de las instituciones, como están haciendo otras localidades en Castilla-La Mancha como Manzanares y Valdepeñas. «Cuando era juvenil me llevaban a entrenar con Javi Lorente».