«Debemos pensar qué Hellín queremos para dentro de tres años»

E.F
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Ingeniero aeronáutico, profesor de matemáticas, hijo del primer regidor hellinero en la etapa democrática, Manuel Serena es desde hace un año el alcalde de la segunda ciudad de la provincia

Manuel Serena, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Hellín. - Foto: R.S.

Manuel Serena acaba de cumplir un año como alcalde del segundo municipio más poblado de la provincia, Hellín, y no se puede decir que haya sido un año tranquilo, más bien al contrario. Pero, pese a los baches en el camino, dice sentirse calmado y confiado de cara a los tres años que quedan de mandato.

¿Hasta qué punto la política local tiene su propia dinámica? ¿En un Ayuntamiento como Hellín tiene cabida la crispación, la sobreactuación de la política nacional?
No deberían tenerla. Al vecino le preocupa si le arreglas la farola, o si el camino de acceso a su residencia está en condiciones,  o  si el servicio de basuras funciona, o si hay alguien que incumple con las ordenanzas y crea un problema de convivencia. A mi me da mucha rabia cuando llegas al Pleno y vives sesiones que en vez de entrar en la gestión del día, parecen una mera prolongación de los debates de la política nacional.

A veces eso es inevitable, ¿no? Hasta ustedes han presentado mociones 'de partido' al Pleno.
El problema no es que haya esa clase de mociones, es que en comparación se presentan muy pocas mociones que tengan que ver con cuestiones concretas que afectan a vecinos concretos. Y lo digo como una crítica a todos los partidos, también al nuestro. Muchas veces, estos asuntos de gestión acaban en el turno de ruegos y preguntas, y no es así, creo yo, tenemos que debatirlos en profundizar y proponer soluciones.

Pero eso no sólo corresponde al equipo de Gobierno municipal.
Naturalmente, todos tenemos una función de gobierno. Somos 21 pares de ojos y a mí me gustaría que los grupos de oposición no nos vieran como un enemigo, sino como una herramienta necesaria para implementar sus propias políticas. Nosotros lo teníamos claro cuando éramos oposición, no entramos en el juego de decir que 'no' a todo y los hechos nos avalan, cuando gobernaban otros hubo presupuestos que tuvieron nuestro apoyo, o nuestra abstención si el bienestar del municipio lo exigía.

Ya que entramos en las cuentas locales, ¿qué pasó exactamente con los presupuestos? ¿Por qué sus primeras cuentas no salen adelante?
Pues aún no lo sé, sinceramente. Era un presupuesto de transición, de mínimos y bastante neutro. No quitaba nada, no contenía recortes, e incluso asumía decisiones adoptadas heredadas, como una nueva relación de puestos de trabajo que nos obliga a asumir un coste salarial adicional de un millón y medio más de euros y que ya nos obligó a modificar las cuentas ya en los primeros seis meses del mandato. 

¿Cómo cuadraron ese millón y medio de más?
Con mucha dificultad. Los ingresos de un Ayuntamiento son habas contadas: las aportaciones del Estado, las de  la Junta; impuestos, como el IAE, el IBI, circulación, y al final las tasas. La única forma que teníamos para ajustar ese millón y medio era incrementar los ingresos, especialmente los vinculados a la actividad económica, para no tener que subir tasas e impuestos. Al final, lo pudimos cuadrar cuando las asignaciones del Estado subieron, lo que no tuvimos claro hasta abril, de ahí el retraso en presentar las cuentas.

¿Si eran tan neutros como usted dice, por qué no salen?
Esa pregunta la deberían contestar los otros grupos, yo sólo puedo compartir mis impresiones.

¿Cuáles son?
El voto en contra del PSOE me sorprendió. Como ya le dije, nosotros hemos apoyado las cuentas o al menos nos hemos abstenido si el bienestar del municipio lo exigía. El de Vox me sorprendió menos, creo que sus concejales votaron de acuerdo a sus consignas nacionales de bajar el gasto del capítulo salarial, aunque  hay que recordar que en la legislatura pasada ellos no se opusieron a la RPT, simplemente se abstuvieron.

¿Y ahora que opciones hay?
La primera es mantener prorrogado el presupuesto, una situación en la que estábamos ya desde principios de año; la segunda es seguir negociando y la tercera es hacer una cuestión de confianza. Yo opté por mantener el presupuesto prorrogado, porque tenemos margen. El Ayuntamiento tiene capacidad de financiación porque tenemos todavía un remanente que podemos utilizar y esto es un proyecto a largo plazo, al mandato le quedan tres años.

¿Entonces no habrá cuentas para este año?
Si está en mi mano, las habrá, lo que digo es que estamos tranquilos y los vecinos también pueden estarlo, tenemos margen para negociar y trabajar. Otra cosa es lo que vaya a hacer la oposición. Al PSOE lo veo muy en la línea de confrontación ideológica, en decir a todo que no; con Vox estoy aún intento un acuerdo  que creo que ya tiene que ser inminente.

Pero acaba de decir que tiene margen. ¿Por qué apresurarse?
Porque un Ayuntamiento puede trabajar con los presupuestos prorrogados, pero eso crea inconvenientes a ciudadanos que no tienen la culpa de nada. Se trata de no crear problemas económicos en la gestión de terceros, por poner un ejemplo en las ayudas a asociaciones, clubes deportivos, porque eso sí que necesita un presupuesto actualizado para poder sacarlas cuanto antes.

¿Qué pasa con los grandes proyectos, como por ejemplo la nueva Biblioteca Central?.
No se paran. Es cierto, nuestro programa incluye una nueva Biblioteca Central porque la actual ya no da para más. Es muy pequeña, está en el  casco Antiguo, se puede mantener como un punto de lectura o una biblioteca periférica, los hellineros necesitan una más amplia y con mejores servicios, capaz de actuar como un auténtico centro de difusión cultural. Ahora estamos en la fase de hacer un proyecto, que nos podemos permitir. Pero a pesar de su importancia, hay proyectos y prioridades mayores y más urgentes.

¿Por ejemplo?
Creo que los grupos políticos del Ayuntamiento debemos empezar a pensar qué Hellín queremos tener dentro de tres años, no sólo en lo tocante a la Biblioteca, sino en todo.

¿Eso como se concreta?.
Hellín necesita dar un nuevo impulso a su economía y tiene que empezar mover su mercado de la vivienda, en el que ya se notan tensiones que se ven en otros municipios mayores y eso implica diseñar un nuevo planeamiento urbano. Es algo en lo que vamos a trabajar durante este verano, de hecho ya estamos hablando con promotores, arquitectos, propietarios de suelo, para ver hacia dónde quieren ir en los próximos años, dónde están las necesidades y cómo modificar en consecuencia el Plan de Ordenación Urbana.

Hablemos de estas tensiones en el mercado de la vivienda. 
Desde hace un tiempo, Hellín es una ciudad en la que  no se ven grúas. En Albacete ya se empiezan  a ver, pero aquí no. Tenemos un parque de viviendas de segunda mano que ha podido atender la demanda hasta  ahora, pero la población, sobre todo la joven, demanda vivienda asequible, de calidad y nueva. y a ser posible, además, en zonas concretas como la del Hospital. Ya tenemos las primeras peticiones de licencias de obra, ya hay reuniones con promotores y agencias, y esperamos que salgan adelante nuevos desarrollos urbanísticos, porque también nos dinamizan la economía y el empleo.

¿Pero cambiar el planeamiento bastaría por sí solo para dinamizar la economía de la ciudad?
Claro que no, es una 'pata' muy importante, pero debe haber otras. Hellín necesita reactivar su sector industrial, porque este sector no sólo 'tira' del empleo, sino del empleo  de calidad. Y eso tiene un impacto muy positivo en otras cuestiones, como el retener el talento joven, que aquí lo tenemos, mucho y bien formado, pero que emigra porque su propia ciudad no da oportunidades. Y si un joven que hemos formado aquí se va a Albacete, Murcia, Valencia o más lejos, ya es muy difícil que vuelva.

¿Qué bazas tiene Hellín para atraer  nuevas industrias?
Tenemos tres. Primero, la ubicación, estamos a mitad de camino entre Albacete y Murcia y somos la puerta de la Sierra. Segundo, un potente sector agroindustrial y, tercero, una buena oferta de suelo industrial, con dos polígonos principales, el de San Rafael y el de La Fuente, dos más pequeños y, además, suelo industrial de reserva, lo que nos lleva de nuevo al planeamiento, porque esta reserva se tiene que desarrollar. 

¿Hay alguna novedad en el horizonte? ¿Puede adelantar algo?
Hay un movimiento de empresas del sector agroindustrial de Murcia y de otras zonas del Levante que, a su vez, puede generar movimiento en la economía local.  No sólo queremos que vengan, también que creen valor añadido y tejido económico asociado. Hay dos proyectos muy avanzados, vinculados a la energía limpia  y la economía circular. Son proyectos de aprovechamiento energético de residuos agropecuarios, pero nuestra intención no es quedarnos sólo en estas dos iniciativas, queremos más y en otros terrenos porque hay que ser realistas, por cada proyecto que sale, otros 20 no.

¿Qué otros sectores tiene en mente el equipo de Gobierno?
Hay uno en el que tengo que decir que la herencia recibida es muy buena, que es el desarrollo turístico vinculado al patrimonio histórico y arqueológico. Ahí tengo que reconocerlo, las cosas se hicieron bien, tenemos un buen punto de partida y no sólo con el Tolmo, están las excavaciones en otros puntos como el Castillo. En general, el mandato anterior inició una línea de estudios arqueológicos que yo creo que hay que seguir en ella y mejorarla porque, además, es uno de las grandes bazas del Plan de Sostenibilidad Turística, que es por cierto el más avanzado en su ejecución en toda Castilla-La Mancha, nada menos que un 37%. 

¿Y el Casco Viejo?. Porque supongo que también forma parte de ese mismo patrimonio.
Sí, tenemos un Casco Antiguo que no sé si lo valoramos bien. Es un casco claramente de estilo andalusí, que podría ser un gran activo para la ciudad, pero conseguirlo nos va a exigir cambiar su modelo de protección,  entendemos que deberíamos revisarlo. En su momento, todos aplaudimos la declaración BIC, pero al final creó problemas inesperados.

¿Qué clase de problemas?
El Casco Antiguo de Hellín es de adobe, no de piedra. Un edificio de adobe necesita mantenimiento frecuente y constante pero el 100% del casco está protegido, todo es BIC. Esto desincentiva hacer reformas, tienes que seguir un proceso lento y costoso. La consecuencia es que  los vecinos, que son gente mayor, terminan por irse y los jóvenes, al mismo tiempo, no tienen demasiado interés por esta zona, de forma que un barrio que en otras ciudades es un gran potencial, aquí  es un problema. 

¿Tienen alguna solución en mente?
Si, cambiar la figura de protección, de forma que se proteja como BIC el trazado antiguo, el trazado musulmán, los edificios con carácter singular y acompañarlo desde el Ayuntamiento con una ordenanza estética, que proteja el exterior de las casas, pero que deje modernizar su interior.

Hablar de Hellín es hablar de la Semana Santa. ¿Aquí se da la masificación que ya se ve en otras ciudades y eventos públicos o hay tiempo para prevenirla?
La respuesta corta es que ya estamos en ello, con iniciativas como una nueva central de seguridad, la Cecopal, que pusimos en marcha en la última Semana Santa para seguir al segundo todo lo que pasaba. La larga es que es todo un reto, porque la Semana Santa de Hellín, por definición, se celebra en multitud, en el mejor sentido del término. Hay otras ciudades con magníficas procesiones, hay otros municipios donde la tradición del tambor está muy arraigada, pero la conjunción entre las procesiones y el tambor que se da en Hellín es única.  Y sí, a veces asombra la cantidad de gente que se junta, el municipio puede crecer en un 50%, pero se hace en un ambiente de civismo que destacable, sin un solo incidente grave, nunca, y el reto está ahí, mantener ese récord de seguridad y civismo, año tras año.

Si el turismo vinculado a las tradiciones y al patrimonio es una prioridad, ¿no hay que plantearse si la oferta hotelera es o será suficiente?
Hellín tiene  muy buenos establecimientos, pero son pocos para lo que se quiere hacer. Y además necesitamos una oferta diversificada, desde los alojamientos de alta gama a los más asequibles.  Por ejemplo, en el Plan de Sostenibilidad se contempla de recuperar el camping que hubo en Cañada de Agra; de la mano de inversores privados, ya hay en marcha un proyecto con un presupuesto de unos 600.000 euros. En paralelo, también hay que tener en cuenta a la hostelería, porque no se trata de que seamos un destino de escala, sino de estancia, y por eso ambos sectores deben ir siempre de la mano.

Un última duda ¿De qué serviría conseguir todo esto si la línea de tren sigue congelada?
No vamos a cejar en ese empeño. Hace poco, la senadora hellinera, Miriam García, defendió en la Cámara Alta una moción para recuperar el servicio de tren de pasajeros entre Albacete y Cartagena, con un buen servicio entre Hellín y Cieza, porque hay servicios ferroviarios que si se han mantenido. Pero no olvidemos lo demás, las autovías, los gasoductos, porque si recuperamos el tren y mantenemos y mejoramos todo lo demás, eso nos da opción a plantearnos otros proyectos, como un puerto seco, de la mano de las empresas de las que le hablaba antes porque como ya le dije, no hay que pararse nunca, siempre hay que pensar en el siguiente objetivo.