La mitad de los menores tutelados están acogidos por familias

Teresa Roldán
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El Gobierno regional quiere ampliar la lista de personas de la provincia de distintos perfiles interesadas en dar un hogar temporal

Imagen de archivo de una madre acogedora con sus hijos biológicos y el de acogida. - Foto: José Miguel Esparcia

El acogimiento familiar es una medida de protección que proporciona una familia alternativa a su familia de origen a aquellos niños y niñas y adolescentes que, por diversas razones, no pueden vivir con sus familias biológicas.

En opinión de la delegada provincial de Bienestar Social, Antonia Coloma, se trata de la mejor opción para los menores tutelados por la administración regional, ya que permite desarrollarse en un ambiente familiar que conlleva múltiples beneficios en el proceso madurativo de los niños, niñas y adolescentes, que durante un tiempo y por diversas circunstancias, no pueden ser atendidos por sus familias biológicas. «Esta medida es temporal y complementaria, y les proporciona a los menores los cuidados, educación, el apoyo incondicional, seguridad y afecto que necesitan», tal y como apuntó la jefa de Menores, Silvia de Moya.

En la actualidad, en la provincia de Albacete hay un total de 259 menores tutelados y sólo uno en guarda voluntaria. De esta cifra, son 128, el 49,23% del total los que están en el programa de acogimiento familiar en la provincia de Albacete, de ellos, 89 están con familias extensas, el 34,23% y 39 (el 15%) están con familias ajenas.

En estos momentos, con datos actualizados al mes de marzo, son 106 las familias acogedoras, de las que 34 son ajenas (el 32,07%)y el resto, 72 son extensas de la pareja biológica (el 67,92%).

Sin embargo, la cifra de familias acogedoras es claramente insuficiente para el número de niños, sobre todos los más pequeños, que esperan un hogar familiar, ya que lo aconsejable en base a la Ley de Protección y Atención a la Infancia y la Adolescencia es reducir la cifra de menores que están en centros en favor de los que se integran con una familia. «Esto es debido a que no hay cultura de acogimiento familiar, es una medida de protección muy desconocida para la población en general», indicó Antígona Moya, técnico del Servicio de Menores de Albacete.

trabas. Además la medida como tal y la colaboración a la que pueden acogerse las familias dando un hogar a los menores tutelados ha cambiado a lo largo de los años, al igual que el modelo de familia. El problema es que falta sensibilidad al respecto  e información sobre las posibilidades disponibles que tienen las familias. Además, Coloma recordó que la Ley actual obliga a la administración a que los niños menores de seis años bajo tutela pasen directamente por un acogimiento familiar y no tengan que ir a uno residencial. Sin embargo, la realidad es otra, porque para cumplir ese mandato legal la administración necesita familias acogedoras. «Es necesario contar con una bolsa permanente de familias», ya que en estos momentos son 13 los menores de seis años en acogimiento residencial pendientes de un hogar familiar, de ellos seis tienen menos de tres años.

A esto se une también la dificultad que existe, tal y como expuso la coordinadora del programa de apoyo al acogimiento familiar que presta la asociación Mensajeros por la Paz, Sandra Bautista, para que grupos de hermanos o de menores sin parentesco y otros niños y niñas con mayores necesidades de atención puedan ser acogidos por familias con una mayor capacidad de prestar los cuidados que estos pequeños requieren.

«Estos niños vienen de sufrir una herida de abandono, han sufrido un daño en su fase más temprana, todos los menores en esta situación tienen un daño que se repara con experiencias positivas», agregó Bautista, que reiteró que «la capacidad de una familia independientemente de si es convivencia plena o convivencia intermitente con períodos vacacionales a través del programa Referentes lo que hacemos es dotar de experiencias de afecto, amor y exclusividad a estos chicos y chicas, algo que todo el mundo necesita, tenemos que ser capaces de darles esta oportunidad a través del vínculo familiar».

El acogimiento familiar, que puede ser de urgencia, temporal o permanente, es una medida temporal y complementaria, pero que ofrece a los menores la mejor alternativa para sus cuidados, educación, el apoyo incondicional, seguridad y afecto que necesitan tras vivir experiencias negativas en sus relaciones con su familia biológica.

Cuanto mayor es la edad de los niños más dificultades hay para encontrar una familia acogedora, aunque las necesidades de acogimientos familiar son extensibles a todas las etapas, también para los casos urgentes, de bebés que apenas tienen días. En la actualidad hay activados tres acogimientos de urgencia, «de ahí que se necesite tener una bolsa de familias ya valoradas y formadas holgada», apuntó Carlos Perales, técnico de Menores, y que «encaje con las necesidades de los menores tutelados por la Junta».

Antígona Moya insistió en abrir la mirada a todas las opciones posibles, partiendo de la base del concepto de familia diverso del momento actual. «Cualquier persona que considere que puede realizar una aportación a la infancia que está en situación de desprotección, y al mismo tiempo apoyar a las familias biológicas que están en este proceso y que han tenido que dar  la tutela de sus hijos temporalmente a la administración, independientemente de la situación familiar que tenga puede llamar a informarse al Servicio de Menores, porque con diferentes perfiles de familias podemos ayudar a encajar las diferentes situaciones que nos encontramos.La población debe saber que cualquier tipo de familia tiene cabida en este programa, saliendo así del estereotipo de familia común al uso».