Los naturales largos y profundos de Molina le hicieron tocar la gloria en la corrida celebrada en la localidad madrileña de Alalpardo. El diestro albacetense cortó dos orejas después de rubricar una faena honda y firme frente a un cuatreño de la ganadería de Gavira, al que cortó dos orejas.

El de Albacete protagonizó los pasajes de más profundidad y verdad en el segundo de la tarde, con el que se acopló a la perfección, lo que hizo las delicias de los aficionados que llenaban los tendidos. El torero albacetense no dio ninguna opción a su oponente, que embestía con franqueza y al que le ligó naturales con calidad y temple. Mató de una estocada entera y el público pidió mayoritariamente las dos orejas, que el presidente del festejo no dudó en otorgar.

En el quinto de la tarde, se pudo ver la otra faceta de Molina, la del valor, porque el cuatreño de Aurelio Hernando se quedó pegado al terreno después de un puyazo accidentado por el derribo del caballo, aunque sin consecuencias. El de Hernando no le dio muchas opciones, pero Molina le robó algunos muletazos de mérito, antes de pasaportar al burel de un pinchazo, una estocada tendida y un descabello y recogió una ovación en los medios.

Con esta actuación el diestro albacetense tiene las puertas abiertas de la final, donde ya está Víctor Hernández, que se celebrará el próximo sábado, día 29, en la plaza de toros de Móstoles.