La reacción de Koldo tras conocer la declaración de Ábalos huele a pacto, a acuerdo entre pillos, a chanchullo. Ábalos negó todo, incluyendo asuntos que Koldo había reconocido, colocando a su ex colaborador y hombre para todo en una situación muy difícil, porque al apartarse de la trama el ex ministro colocaba a Koldo en el centro de la diana. Se sobreentendía que era Koldo, no él, quien llevaba todo lo relacionado con Víctor de Aldama, que a estas alturas se ha ganado el título de Gran Conseguidor. Previo pago de su importe, por supuesto.
La frase de Koldo "Si ha dicho eso tendrá razón", relacionada con la declaración de Ábalos ante el juez que daba a entender que era Koldo quien debía dar explicaciones sobre lo que contaba Aldama, indica que el servilismo de Koldo -o lealtad mal entendida- respecto a Ábalos es total, y no es difícil deducir que los dos han podido acordar que van a defenderse mutuamente. Tirando balones fuera, apuntando hacia otros personajes de la trama para salvarse ellos mismos. No solo de la Justicia sinio también de las posibles represalias que puedan tomar en Ferraz y les dejarían sin futuro político.
Con el tiempo se verá cómo acaban Ábalos, Koldo, Aldama y Óscar Puente entre otros, y de qué forma les afectan asuntos hoy en proceso de investigación y que podrían llegar hasta Pedro Sánchez por no estar suficientemente vigilante, lo que también es delito.
Se presentan semanas complicadas para el sanchismo, con citas judiciales de calado que obligarán a dar respuesta a los muchos asuntos que si no son de corrupción se parece mucho; más todo lo relacionado con la vida laboral de Begoña Gómez y la creación de una cátedra extraordinaria a través de métodos dudosos; más aclarar también el papel del Fiscal General del Estado en la filtración el acuerdo de conformidad del novio de Ayuso con la fiscalía.
De aquí a dos meses la lista de comparecencias ante los jueces es larga. Incluye periodistas que han manejado información muy sensible que ha provocado fuegos políticos, con tensiones de máximo grado entre gobierno y oposición, y también acusaciones del propio Sánchez cuestionando la profesionalidad e independencia de jueces y periodistas, lo que demuestra el malestar e incluso indignación del presidente, que pierde la razón la denuncia el supuesto acoso que sufre su círculo más cercano.
No está en esa lista, pero sí en una situación extremadamente delicada, el Fiscal General al que la Sala Segunda del Supremo, la Sala Penal, ha abierto causa por unanimidad para investigar si estuvo implicado en la mencionada filtración del acuerdo de conformidad del Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña. Si fuera así, Álvaro García Ortiz se encontraría en una posición imposible para su continuidad en el cargo.
Llegan tiempos complicados para el gobierno en el aspecto judicial, y llegan en el peor momento, cuando está obligado a negociar leyes importantes con socios insaciables en sus exigencias.