Cuando acabó el Eurobasket del año pasado, el seleccionador, Sergio Scariolo, recordó que siempre había intentado inculcar a Willy Hernangómez que él era la estrella del equipo. Debió lograr su misión, ya que el madrileño ejerció como tal y hasta fue el mejor del torneo, ya que se le concedió el 'MVP'.
No obstante, lo que parecía que iba a ser su pasaporte a asentarse en la NBA se quedó en humo, ya que su equipo, los New Orleans Hornets, le siguieron teniendo como tercer o cuarto pívot de la rotación. Así, pidió el traspaso en enero, pero no hubo suerte, ya que la franquicia no quería perder a un jugador de su calidad por su salario -una ganga para lo que es la Liga-, alrededor de 1,35 millones de dólares.
Se le prometieron minutos, pero no llegaron para desesperación del culé, que vio cómo se le 'cortó' el pasado 29 de junio. Sus números (6,9 puntos y 4,7 rebotes por noche) no se corresponden con uno de los mejores 'centers' del Viejo Continente, aunque hay que tener en cuenta que disponía de muy pocos minutos y, de hecho, muchos partidos completos los pasó en el banquillo. Fue muy duro para él.
Andaba esperando ofertas de equipos (los Suns y los Celtics mostraron interés), pero el Barça echó el resto por él y eso lo valoró mucho, como lo reconoció ayer en el segundo entrenamiento de la selección:«He estado en muchos equipos y yo lo que ahora venía buscando era una oportunidad de jugar y de que me valorasen. Y en eso el Barcelona me lo ha dado desde el principio, me ha valorado; y ya, a tope con ellos». A eso se sumó que quería zanjar el tema antes de sumarse a 'La Familia'.
Ahora es el turno de Scariolo, que debe subir cuanto antes la autoestima a todo un campeón.