En el Carlos Belmonte y junto a dos leyendas como Juanito y Monroy. Así ha sido presentado Rai Marchán como jugador del Albacete. El centrocampista debutó con el Alba en Valladolid el lunes. Y esa será una fecha que no olvide, ya que también sumo sus primeros minutos en el fútbol profesional.
Rai llegaba en el último día de mercado, y tras su vuelo desde Australia ha vivido una semana frenética. "Ha sido una semana de muchas emociones, de muchos sentimientos encontrados. Estaba en la otra punta del mundo cuando apareció está posibilidad y para mí era cumplir un sueño. Nunca había tenido la oportunidad de jugar en el fútbol profesional en España. En una semana he pasado de estar en Australia a debutar en Segunda y en Valladolid, un sitio especial para mí, ya que jugué allí también. Faltó conseguir los tres puntos, que creo que nos merecimos. Fue un baño de emociones, de orgullo y felicidad por cumplir uno de mis sueños".
El futbolista tiene claro que viene para aportar su experiencia al grupo. "He venido aquí para sumar. Estamos en una situación en la que todos tenemos que aportar lo que pueda. Intento por mi forma de ser ayudar a todo el mundo en el vestuario, en cada entrenamiento y doy lo mejor que tengo, para hacer también mejores a los compañeros que andan jugando ahora y sumar más competencia".
Sobre cómo se define, Marchán explica que es "un jugador de centro del campo, posicional, competitivo, que entiende bien el juego. Un futbolista de equipo, que pongo por delante al grupo que a mí individualmente".
Además reconoce que Rubén Albés, con el que coincidió en Valladolid, ha jugado un papel importante para su llegada al Alba. "Con Rubén he estado bajo sus órdenes tres temporadas y cuando llega esta posibilidad, lo hace a través del club, pero con el entrenador tengo muy buena relación. He ido siguiendo su trayectoria, al Albacete lo había visto jugar, ya que al final tienes amigos, excompañeros y vas viendo la actualidad del club".
El futbolista tenía contrato con Melbourne Victory, pero cuando el Alba contactó con él, tuvo claro que era una oportunidad que no podía dejar pasar. "Al final en el fútbol, como en la vida, nada viene fácil. Uno tiene que luchar por sus cosas. Es verdad que yo llevaba tiempo ahí, en el vestuario era importante, pero tenía la sensación que está era una oportunidad que no quería dejar escapar. Así se lo comunique a Melbourne desde que surge la opción de venir a Albacete y parecía que me iban a echar una mano, pero se terminó complicando un poco. Hubo momentos en los que uno pensaba que no se iba a dar, y al final todo terminó bien".