«Las tarjetas nos dan la pista de las fiestas preferidas»

Antonio Díaz
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El escritor Luis Miguel Martínez-Gómez Simón, acompañado por Lola del Olmo, presentó en el salón de actos del Centro Sociocultural Feria de la capital, su último libro, ¡Mil Felicidades!, editado por Amuni

Luis Miguel Martínez-Gómez Simón. - Foto: Víctor Fernández

El escritor Luis Miguel Martínez-Gómez Simón, acompañado por Lola del Olmo, presentó en el salón de actos del Centro Sociocultural Feria de la capital, su último libro, ¡Mil Felicidades!, editado por Amuni. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra. 

¿El tercer libro dedicado al mundo de la postal?

Efectivamente es el tercer libro dedicado a las tarjetas postales. Tengo una vasta colección y revisándola, observe que había muchas que eran un instrumento, un vehículo de comunicación, fundamentalmente de felicitación y  pensé  en recoger las más interesantes, las más atractivas, con las que se felicita cualquier evento, santo, cumpleaños, el Día de Acción de Gracias en otras latitudes, Navidad. Observé, curiosamente que cuando se felicitaba, la gente deseaba al destinatario ¡Mil felicidades!,    de ahí el título, porque era muy recurrente y lo asocié a  la imagen de 1.000 postales, tarjetas de felicitación y, casi todas, del primer tercio del  siglo XX.

¿Por qué?

El boom de la tarjeta postal se establece entre 1895 y 1915 y, casi todas son francesas y alemanas porque en España se confeccionaban muy pocas en aquella época. Hay mucha más riqueza de postales de esas fechas y luego, llevar más allá del primer tercio del siglo XX a la tarjeta postal supondría en muchos casos buscar derechos de autor. 

¿Cuáles son las mejores?

Los países de más producción de tarjetas en esta época son Alemania y Francia, por este orden y, también Austria y Hungría. En España, la producción en el primer tercio del siglo XX, es muy escasa. Aunque sí hay una serie de postales muy interesante de postales de fabricación española, de principios del siglo XX, que representan los números y las letras del alfabeto, fabricadas en Madrid.  

¿La ilustración de la postal  iba en consonancia con el motivo de la felicitación?

En muchos casos sí. En las de cumpleaños, por ejemplo, no tanto en las de los santos, igual que en las postales donde se felicita Acción de Gracias, que se ve la gente cenando, con el pavo en la mesa. 

¿Tiene una colección muy extensa de postales?

Tendré entre 14.000, 15.000 postales porque, como cuento en el libro, mi colección se inicia en la época de estudiante universitario. Cuando estudiaba la carrera, en un piso de alquiler, en el cajón de una cómoda había una colección de postales modernistas. Le dije al propietario que cuánto pedía por ellas y me las regaló. Eso es a finales de los 70 y de ahí viene mi afición. 

¿Complicada la selección?

Sobre todo escanearlas y clasificarlas, porque no son solamente las 1.000 postales, porque muchas de ellas la felicitación la llevan en el reverso, con lo cual hay otros 400 reversos, porque el libro contiene unas 1.500 imágenes, es muy visual. 

¿Algunas serán también muy curiosas?

Claro, de alguna forma las tarjetas nos dan la pista de las celebraciones preferidas de la gente, de cómo se felicitaba y qué expresiones se utilizaban. Las tarjetas nos adentran en la vida cotidiana de nuestros antepasados; el mundo de la postal es una ventana a ese conocimiento.  

¿Hay mucha afición por el coleccionismo de tarjetas?

Sí, en las últimas décadas, vistos los portales de coleccionismo en internet, se ve el boom por el coleccionismo, que está en auge. 

¿Seguro que tiene alguna postal preferida?

Es muy difícil seleccionarla, pero las de niños en situaciones cómicas son muy curiosas. Luego hay algunas especiales que no están en el libro pero sí en una exposición que se puede ver, aprovechando la presentación del libro, con buena parte de estas 1.000 postales, en el Centro Sociocultural del barrio Feria, en el escaparate y ahí están, en el centro, mis preferidas. 

¿Tiene algún proyecto más  en marcha?

Tenemos en mente alguna otra cosa y estamos trabajando en una futura publicación, pero no sé si saldrá o no, sobre los expedientes del Tribunal Tutelar de Menores de Albacete, entre 1940 y 1985. Veremos en la obra que aquellos niños no eran tan malos.