'La Cenicienta', un gran Rossini en el Teatro Circo

Antonio Díaz
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El público asistirá, con funciones viernes, a las 20 horas, y sábado, a las 18 horas, a una producción de Cultural Albacete, con la orquesta del Conservatorio Superior

Un momento del ensayo de 'La Cenerentola'. - Foto: Víctor Fernández

La Cenicienta (La Cenerentola, título original en italiano) es un drama jocoso en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto en italiano de Jacopo Ferretti, basado en el cuento de hadas La Cenicienta de Charles Perrault. La ópera se estrenó en el Teatro Valle de Roma el 25 de enero de 1817 y se convirtió rápidamente en  un gran éxito e incluye algunos de los más difíciles pasajes de la música rossiniana, entre ellos el rondó final de Angelina (Cenicienta). 

Esta obra capital de Rossini llega mañana al Teatro Circo de Albacete, a las 20 horas, así como el sábado, a las 18 horas, en una producción propia, de lujo, de Cultural Albacete, con la orquesta del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha, dirigida por Pablo Marqués Mestre, y un elenco, joven, de grandes voces, muchos de ellos premiados en el Concurso Nacional de Canto Ciudad de Albacete. 

En este caso, como destacó el director gerente de Cultural Albacete, Ricardo Beléndez, no estamos ante una ópera que trae una compañía al Teatro Circo, como ocurre en otras ocasiones en temporada. La ópera que se podrá ver viernes y sábado en escena «está creada aquí, donde se estrena, porque pertenecemos a la Asociación de Teatros de Ópera de este país y nuestra temporada incluye una producción, ópera o zarzuela, de producción propia y, efectivamente, cumplimos con esta producción», esta temporada, La Cenerentola, de Rosssini.  

La orquesta tendrá a su frente a un reconocido maestro, que ya ha dirigido otros títulos en temporadas anteriores, Pablo Marqués Mestre, que comentó a La Tribuna de Albacete que «Rossini compuso esta ópera en tres semanas, muy rápido y digamos que ya tenía un estilo muy asentado y ésta es ligera. En muchos concursos de canto hay premio Rossini y esto quiere decir que el solista y también la orquesta deben tener un registro mucho más específico que con otras óperas y me refiero a la ligereza y ese equilibrio para que a la vez sea inteligible es complicado y La Cenerentola tiene ese punto rossiniano para los solistas y también para la orquesta».

La orquesta, señaló su director «es la del conservatorio, la de la asignatura del centro y, en este caso, por la ópera, es técnicamente complicado y están haciendo un gran trabajo y mi tarea está ahí, en que saquen un poco más la fluidez, pero también con una articulación óptima y una afinación inteligible, para que la obra tenga un cuerpo bien definido. También están participando los alumnos de dirección   y claro, les digo que no sólo tienen que dirigir la orquesta, también los cantantes, que es lo más importante y concertar con los de abajo, con los músicos del foso y nuestra dificultad es esa, nuestra mente debe estar arriba, conciliando con abajo, el foso».

Pablo Marqués ya dirigió Don Giovanni  y   Trovatore y en este caso, confirmó «es la más fresca de las tres, para el público es muy rápida, con mucho dinamismo y para la orquesta, por el contrario, muy complicada, por la cuestión técnica que comentábamos y para el director, sin embargo, es menos complicada, pero a nivel técnico, la verdad es que tengo que estar mucho más preparado, porque la reacción es mucho más inmediata. Me encanta la estamos disfrutando mucho, porque elegimos La Cenerentola porque no es la que más se interpreta de Rossini y también pensamos en el público, para que la gente se anime, porque van a entender perfectamente la trama que vemos en el escenario».

Una obra muy divertida.

Carlos Lozano López es el director de escena y cantante en esta producción operística, que destacó que «mi labor principal es poner sobre el escenario esta ópera de Rossini, porque hay que contar una historia y mi tarea es que, cuando el público entre en el teatro, se olvide de su vida y esté dos horas metido en esta obra, que es muy divertida, con momentos en los que espero que la gente saque la risa, que tanta falta hace hoy en día y que se metan dentro del cuento de La Cenicienta, que todo el mundo conoce, aunque hay cosas diferentes. Por ejemplo, en la versión de Walt Disney hay una madrastra, aquí no, tenemos un padrastro, tenemos a Magnifico, que es el padre de Cenerentola y luego, y en vez de zapatitos de cristal, tenemos dos brazaletes, hay cosas que cambian pero el cuento es el mismo».

Además, Carlos López es en la obra, el padre, don Magnifico, «por circunstancias, porque contábamos con uno de los ganadores del concurso de Albacete de canto, pero no pudo venir, así que, como lo he cantado otras veces, lo haré en estas representaciones».

Destacó el director de escena que el canto en Rossini, «es muy silábico, ligero, con verdaderos trabalenguas que son un infierno y momentos muy cómicos. Con texto, música y escena intentamos sacar la carcajada, con un muy buen sentido del humor».

En cuanto a la escenografía en sí, adelantó «en la representación se va a ver algo distinto, con una estética muy cinematográfica, porque he escogido la estética de Tim Burton, que me gusta mucho y creo que funcionará muy bien con este cuento que es muy típico. Lo que quiero es sorprender al espectador, con momentos en los que recordarán la Cenicienta de Disney, porque hemos querido hacer como un juego,  pero la idea es quitarlo de ahí y hacerlo más cinematográfico. Los telones están pintados, hay un espléndido vestuario, pero he intentado que no haya muchos elementos que estorben, para que sean los intérpretes, con sus movimientos, con la voz, los protagonistas. Hay que saber estar en el escenario, porque es verdad que hay arias estáticas y con el canto es suficiente, porque Rossini es muy complicado, pero cuando hay números de conjunto y cuando esté el coro,  que pueda haber un caos, pero que ese caos sea muy ordenado, que eso hace también que todo sea muy cómico pero, sobre todo, lo que queremos es divertir, que el público salga con una sonrisa, si lo conseguimos, habremos cumplido y creo que Rossini estará contento, nosotros también». 

Jóvenes cantantes.

Alicia Sánchez es una de las hermanastras, Tisbe, soprano, «con un papel, junto a Clorinda, en el que somos las malas.   Es un rol que me gusta, vamos muchas veces en conjunto ambas hermanastras, a dúo y, en mi caso hago la parte más grave de la tesitura y es muy divertido, es el papel, hasta ahora con el que más me he divertido, no es una vocalidad extrema,  pero escénicamente está muy bien». Carla Ortega, es la otra hermanastra, Clorinda, soprano ligera y, «podemos decir que, pese a que nosotras no tenemos aria, en los concertantes, mi papel es el que da toda la línea aguda, fácil no es, pero nos gusta muchísimo y escénicamente está muy bien».

Víctor Jiménez Moral, tenor, es el príncipe, don Ramiro que «tiene en la ópera más carácter que en el cuento, busca esposa y decide, con su tutor Alidoro, que cambie de vestimenta con Dandini, su sirviente y, cuando ve a Cenerentola queda prendado de su bondad. Como rol, vocalmente, es bastante complicado, porque tienes que tener muy trabajado la coloratura y dicción italiana, con muchos agudos, es un honor hacerlo, pero es todo un reto, pero una maravilla también».

Alidoro es Sebastiá Serra, bajo, «el maestro filósofo, tutor del príncipe. La ópera tiene como un segundo título, La bondad en triunfo  y de aquí la moraleja, el príncipe quiere buscar para casarse una buena persona y no cualquiera que lo quiera por el interés, por el dinero y la clase social. Ahí están las hermanastras, divertidas y malísimas, que quieren aprovecharse,  de la situación y yo, como buen filósofo, busco la bondad. Mi papel, vocalmente es duro, porque Rossini escribe siempre al límite de las tesituras y, además, juega mucho con la agilidad, hay mucho silabato y hay que entrenar, pero tiene una parte muy divertida que el público agradece, hay muchos sonidos. No sólo esta ópera te exige cantar bien, también hay muchos efectos, incluso falsete». 

Javier Agudo, bajo barítono, es el sirviente de don Ramiro y, «tenemos un juego, en el que Alidoro nos hace cambiarnos, como en el cuento del Príncipe y el Mendigo, para así, que el príncipe, desde una perspectiva de siervo, pueda ver cómo son las hermanastras y Cenerentola. Vocalmente diré que es un papel muy extenso, canta muchísimo, con un registro muy amplio y luego, unos agudos impresionantes. Es un papel muy divertido, muy apropiado para una voz de bajo barítono», en una ópera que el público disfrutará. 

Carla Sampedro encarna a Angelina

Carla Sampedro, una de las premiadas en el Concurso Nacional de Canto Ciudad de Albacete es Angelina, Cenerentola. Comentó a La Tribuna de Albacete que su Angelina es similar al cuento que conocemos, «pero es cierto que cambian cosas, el príncipe está buscando esposa y Alidoro, su tutor viene a casa y queda encantado por la inocencia del personaje de Cenicienta. A partir de ahí codo lo que sucede en la ópera, es algo diferente». La mezzosoprano añadió que «vocalmente este papal es muy difícil, posiblemente, de Rossini, para mezzosoprano es el más complicado, por una sencilla razón, las extensa tesitura, toca todos los extremos. Rossini tiene coloratura, pero en este caso, este, papel las tiene bastante extremas y complicadas, pero todo está saliendo muy bien y seguro que el público disfrutará».