Dirigida por Pascual Valls y Jesús Ortega, el pasado domingo día 1 dio comienzo la XLII edición de la Marcha Nerpio-Alcaraz, un recorrido senderista de siete días de duración, organizado por el Centro Excursionista de Albacete. Durante siete días la marcha atravesará a pie toda la serranía albaceteña, desde Nerpio, el municipio más meridional de nuestra geografía provincial, para llegar a Alcaraz el sábado día 7

El domingo, desde Nerpio, los treinta participantes en esta ruta aventurera, llegaron Pedro Andrés, recorriendo antes algunos de los parajes más espectaculares de la naturaleza nerpiana. También pasaron por la Solana de las Covachas, uno de los núcleos con pinturas rupestres más importantes de nuestra provincia.

El lunes día 2, en la segunda etapa, los senderistas, tras pasar por el castillo del Taibilla, cabeza de una encomienda de la Orden de Santiago tras su conquista a los árabes a mediados del siglo XIII, llegaron a Góntar, final de etapa. En la tercera etapa, el día 3, desde Góntar, la ruta siguió su camino hacia el río Segura, para cruzarlo y llegar a la aldea de Plañel por el sendero de gran recorrido GR 66. En Arguellite, pedanía de Yeste, tenía su final esta tercera etapa.

Los Giles es el punto marcado como meta de la cuarta etapa, el miércoles 4, núcleo de población situado en el llamado Hueco de Tus, uno de los lugares más hermosos de la provincia de Albacete, atravesado por el Tus, un pequeño río que nace en la provincia de Jaén, dentro del Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. En la quinta etapa del jueves 5 los participantes subirán al Calar del Mundo por la llamada Cuesta de las Peladillas, para coronar su máxima elevación, el pico Argel, de 1.691 metros de altitud. El final de esta etapa está fijado en La Pumarica, un refugio propiedad del Centro Excursionista de Albacete.

La sexta etapa, el viernes 6 de diciembre, los senderistas tras subir al pico Almenara, el más alto de la Sierra de Alcaraz con 1.796 metros de altitud, llegarán a Vianos, final de esta etapa. La séptima y última etapa tiene su meta, como cada edición de la marcha, la Plaza Mayor de Alcaraz, una de las de más riqueza arquitectónica de nuestra provincia.

Más de cuarenta años de travesía de las sierras albaceteñas

El Centro Excursionista de Albacete inició esta ruta aventurera en 1983, con la principal finalidad de conocer los pueblos y paisajes de nuestras sierras de Alcaraz y Segura, así como las tradiciones y costumbres de sus gentes. Los iniciadores de esta travesía serrana fueron Juan Miguel Velasco y los hermanos Marcos y José Bonilla, una travesía que se ha convertido en la principal actividad anual que organiza este club deportivo albaceteño.

Como dice Gerardo González, un socio del Centro Excursionista de Albacete que inició su primera Marcha Nerpio-Alcaraz en 1994, la Marcha engancha a quien decide hacerla por primera vez. Y así, tras su primera marcha, después de esos siete días caminando, durmiendo en el suelo, en escuelas, centros sociales o donde las autoridades locales tenían a bien, repitió la aventura al año siguiente, al otro y otros más, algo que sigue haciendo ocasionalmente en la actualidad.

Es cierto, como dice Gerardo, y como afirman muchos otros participantes, que algo tiene esta Marcha Nerpio-Alcaraz que engancha a quien la inicia, aunque unos pocos, los menos, de los cientos de hombres y mujeres que han participado en todas las ediciones durante estos más de cuarenta años, ante la dureza del recorrido y la falta de preparación para emprender esta dura aventura, abandonan o no vuelven jamás. El ambiente de la Marcha, la convivencia y el compañerismo, siempre presente, la gente que recibe a los participantes con los brazos abiertos en aldeas y cortijos, poblaciones como Nerpio, cuyos vecinos y autoridades se vuelcan siempre con los senderistas, hacen que este recorrido tengo un halo de misterio que hace que esta aventura no se olvide jamás. Los increíbles paisajes que se atraviesan, con profundos valles y quebrados serrijones, lugares cargados de historias y leyendas, que se van descubriendo durante su recorrido, convierten esta Marcha Nerpio-Alcaraz en una actividad inolvidable.

Luego, siempre, durante todo el recorrido, la mirada puesta en la inmortal ciudad de Alcaraz, adonde llegarán los participantes después de siete días, con sensaciones encontradas de tristeza y alegría. Tristeza por concluir este fantástico recorrido y tener que volver a la vida cotidiana, pero alegría a la vez por finalizar con éxito la aventura. En la Plaza Mayor de Alcaraz, entre paredes que rezuman historia, impregnadas todas ellas de la huella arquitectónica vandelviresca, los caminantes, entre vítores y abrazos por haber acabado la 42 Marcha, arrojarán sus mochilas al aire y gritarán: ¡Viva la 43 Marcha Nerpio-Alcaraz!