Paco Mora

Paco Mora


El infumable señor Sánchez

01/07/2023

El PSOE de Pedro Sánchez se parece como un  huevo a una castaña al de don Ramón Rubial, Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Leguina, Tierno Galván, Chaves, Ernest Lluch, y a otros muchos socialistas de fuste que uno ha conocido. El PSOE de la transición era respetable, porque la mayoría de sus líderes recordaban el estilo serio y honesto de socialistas como mi padre, al que recuerdo «haciendo el petate» para trasladarse al Cuartel de la Guardia Civil de Albacete cada vez que el Caudillo se desplazaba a la finca del Marqués de Larios para participar en una cacería.
Sánchez es como el caballo de Atila. Donde pisa «no vuelve a crecer la hierba». Hay que creer mucho en el PSOE para votarle siendo Sánchez su  cabeza más  visible. Incluso Guerra, con su fama de adusto, en la distancia corta tenía un trato más agradable que el jaquetón que ahora se contonea al frente del PSOE como Anthony Hopkins en El silencio de los corderos. No digamos nada de la afabilidad de Rubial -presidente del PSOE en el exilio- con el que coincidí muchas Ferias de Hogueras en Alicante. Marchábamos juntos cada día hacia la Plaza de Toros, en agradable conversación, plena de sabiduría y solera política por su parte. A Alfonso Guerra, con el que nunca había cruzado una palabra porque tenía la impresión de que yo le caía tan mal como él a mí, cuando dimitió, volando desde Sevilla a Madrid el uno al lado del otro, me preguntó: «¿ Y usted porque no me ha pedido la entrevista como sus compañeros? ¡Hombre, porque tengo la impresión de que me habría dicho que no», le respondí. «Pues mañana a las doce le espero en Ferraz», me espeto sin pestañear…  Fue una entrevista que valió la pena. Tanto como mis encuentros periodísticos con Felipe González, mientras me ilustraba sobre el cultivo de los bonsáis del jardín de La Moncloa. Sin embargo con Sánchez no he cambiado nunca una palabra y estoy seguro que mi padre, si viviera, no lo aguantaría ni cinco minutos.