"Venimos a decirle a Page que rectifique esta gran cagada"

L.G.E.
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Stop Ganadería Industrial alerta del riesgo de la implantación de más de 60 macrogranjas de cerdos en la región y 200 plantas de biogás. "Estamos viendo cómo en los pueblos están echando los purines como les da la gana", lamentan

Quizá algunos elementos de este texto sean algo escatológicos, pero es que esta mañana Stop Ganadería Industrial se ha manifestado enfrente de la sede de Presidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha porque desde ayer se ha acabado el paréntesis que había paralizado los proyectos de macrogranjas de cerdos en la región. Y el problema de estas instalaciones tiene que ver con los excrementos de los animales, su olor y lo que contaminan a los terrenos y los acuíferos.

"Venimos a decirle al señor García-Page que rectifique esta gran cagada", le conmina Paciencia Talaya Escribano, integrante de una asociación de Quintanar del Rey, Cuenca, y miembro de Stop Ganadería Industrial. Ella se arrancaba con cánticos como "No a las macromierdas", "Page, la mierda pa'ti" o "Queremos oler a pino, no a mierda de gorrino". 

Una de las manifestantes se ha disfrazado de una gran 'caca' con moscas pegadas y la careta del presidente de la Junta. También han llevado una 'mierda' de grandes dimensiones sobre unas tablas, a modo de paso de procesión. Y con sirope han recreado delante del Palacio de Fuensalida una ristra de excrementos. Más bonito era la carta de tamaño humano que han llevado al registro con todas sus pretensiones, pues se quejan que en las negociaciones se les ha ninguneado.

"Venimos a decirle a Page que rectifique esta gran cagada" - Foto: Ángeles Visdómine

Avisan de que el final de la moratoria podría reactivar más de 60 proyectos de macrogranjas que están paralizados y posibilita la creación de 200 plantas de biogás. El decreto de estiércoles que ha aprobado la Junta para corregir los efectos contaminantes no les convence. 

"Nos parece un engñao. Nos lo hemos leído y estamos más enfadados todavía", se queja Paciencia Talaya. Cree que se ha hecho "a medida" para las grandes explotaciones porcinas y añaden que encima dan diez años de moratoria para que las instalaciones se adecúen a los nuevos requisitos. "El pueblo no quiere ese tipo de ganadería industrial", argumenta, "solo nos trae ruina y nos quita calidad de vida". Y para más inri, comenta que encima esa carne que se produce aquí es para exportar a miles de kilómetros de España.

Amparo Cuenca, también de Stop Ganadería Industrial, y además de Ecologistas de La Manchuela, no se cree que con ese decreto se garantice unas mejores condiciones medioambientales. "Una vez que te han clavado una macrogranja, los controles son cero", avisa, "la Administración no tiene gente para controlar". Es más, advierte de que es algo que ya está pasando donde hay estas explotaciones. "Estamos viendo cómo en los pueblos están echando los purines cómo les da la gana", se queja. Cuenca explica que solo les queda la posibilidad de llamar al Seprona para que levante un acta, pero que luego la sanción que se podría poner si hubiese una infracción tarda años.