La celebración del Corpus se vivió con intensidad

Antonio Díaz
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La Catedral acogió la Santa Misa, que dio paso a la concurrida procesión eucarística por las calles de la ciudad

Imagen de la procesión del Corpus por las calles de la ciudad. - Foto: Víctor Fernández

La Catedral de Albacete acogió la Eucaristía, la celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo, presidida por el obispo emérito de Albacete, Ángel Fernández Collado, en un templo engalanado y lleno de fieles, con muchos niños que formaron parte de la multitudinaria procesión eucarística por las calles de Albacete, concurridas al paso del cortejo. A la procesión estaban llamados especialmente todos los niños y niñas que este año recibieron la Primera Comunión, con sus trajes.

Una procesión en la que participaron las comunidades parroquiales de la ciudad, agentes de pastoral, movimientos y asociaciones laicales, cofradías de Semana Santa, asociaciones culturales, religiosas diáconos y fieles y que contó, como es habitual, con la participación de la Banda Sinfónica Municipal de Albacete. 

Como es tradición, desde hace 40 años, la Hermandad y Cofradía de San Juan Evangelista  tuvo el honor de portar la Custodia, junto con los Reales Tercios, así como la Orden de Caballeros de San Juan Pablo II, que participó en posterior   procesión.

Un cortejo formado que partió de la puerta principal de la Catedral y que transcurrió por Martínez Villena, Rosario, Mayor, Marqués de Molins, Altozano y Martínez Villena de nuevo, terminando en la puerta principal de la Catedral.

Así, la celebración del Corpus Christi se vivió con intensidad, tanto en la santa misa como en la procesión posterior. El obispo emérito de Albacete, Ángel Fernández Collado, en el transcurso de la misa, saludo a todos los concelebrantes, autoridades, Policía y Protección Civil, asociaciones, ordenes, Cáritas, hermandades y cofradías, grupos musicales, hermanos y hermanas en el Señor, y a los «queridos niños, que este año habéis recibido como alimento por primera vez a Jesús en la Eucaristía».    

Recordó que las dos fiestas eucarísticas fundamentales son el Jueves Santo y el  día del Corpus y «las dos están unidas irremisiblemente al mandamiento nuevo de Jesús;hoy, día del Corpus, es el día  de la Caridad; el Jueves Santo es el del amor fraterno».

Apuntó Ángel Fernández que «al final de la santa misa, como cada año, realizaremos la tradicional procesión y con las oraciones, elevaremos una imploración común al Señor, presente en la hostia consagrada, pediremos en nombre de toda la ciudad, quédate con nosotros Jesús, entrégate a nosotros y danos el pan que nos alimenta para la vida eterna y libra este mundo el veneno del mal, de la violencia   y el odio».