Castilla-La Mancha es un territorio trufado de denominaciones de origen protegidas (DOP) vitivinícolas. Algunas son muy extensas, como La Mancha, que se extiende por cuatro de las cinco provincias, y otras tienen un ámbito geográfico reducido, de apenas unas decenas de hectáreas en algunos casos, como es el caso de los vinos de pago. En un escalón intermedio encontramos la DOP Manchuela, que abarca el sureste de la provincia de Cuenca y el noreste de la de Albacete (70 municipios en total) y cuenta con más de 72.000 hectáreas de extensión, de las que más de 12.000 están dedicadas al cultivo de la vid. Esta denominación de origen inició su andadura en el año 2000 por la determinación de bodegueros de la comarca y actualmente hay más de 1.100 viticultores producen uva para esta figura de calidad.
Enmarcada entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel, esta zona se ve favorecida por unas condiciones edafoclimáticas muy particulares. Los suelos son arcillosos con base calcárea procedente de los sedimentos de ambos cursos de agua y tienen la capacidad de recoger y mantener el agua de lluvia que cae cuando aún no ha crecido la uva, dado que, entre mayo y septiembre, las precipitaciones son habitualmente escasas o nulas. Los viñedos se ubican a una altitud de entre 600 y 1.100 metros sobre el nivel del mar en un clima continental, influidos por los vientos húmedos del Levante.
Las altas temperaturas diurnas producidas por el viento de poniente y el frescor nocturno de la brisa que llega del Mediterráneo favorecen una maduración lenta y una perfecta formación de los polifenoles (taninos y antocianos) de la uva debido a que el diferencial térmico durante el período de maduración es bastante elevado. Estas condiciones hacen que esta comarca constituya una zona vitícola muy idónea para el cultivo de las variedades tintas. La escasa humedad, esa ausencia casi total de lluvias entre los meses de mayo y septiembre y la gran cantidad de horas de sol recibidas durante su maduración hacen, además, que el riesgo de enfermedades sea ínfimo, por lo que los tratamientos fitosanitarios para prevenir hongos y otras patologías de la vid son innecesarios.
Tierra de bobalEstas características edafoclimáticas favorecen el desarrollo de la variedad autóctona Bobal, emblema de la denominación. Se trata de una cepa de uva tinta, muy austera, resistente a las inclemencias climáticas y a las plagas. El grano es mediano, redondo y zumoso, con hollejo grueso y repleto de saludables taninos. También es conocida como Provechón. De hecho, está uva es la reina de la DOP, representando casi la mitad de la uva tinta que se cultiva, aunque el pliego de condiciones admite casi una veintena de variedades. En le caso de los blancos, la dominadora es sin duda la Macabeo, que acapara casi tres cuartas partes del total entre las 11 que se pueden utilizar.
Los vinos.
En la DOP Manchuela, todo el encanto y el saber hacer de la tradición de cientos de años se combina a la perfección con avanzadas técnicas de elaboración y controles de calidad. Los tradicionales métodos de cultivo de las bodegas pertenecientes a la denominación, unidos a unas moderadas producciones, originan el escenario ideal para garantizar una incisiva personalidad y una enorme calidad en los vinos producidos. Esta simbiosis entre tradición y tecnología, unida a una buena tierra, un buen clima y, por supuesto, a las variedades autóctonas de uva, cierran el círculo para alcanzar una calidad extrema en unos vinos que no dejan indiferente a nadie.
La Denominación de Origen Protegida Manchuela produce unos vinos muy singulares y con un prestigio mundial altamente reconocido. En el caso de los blancos, son color amarillo muy pálido, brillante, con reflejos verdes, limpios y transparentes, aromáticos y muy afrutados, con un sabor ligeramente ácido, fresco y picante y con un postgusto persistente y floral. Los rosados son de color rosa fresa-frambuesa muy brillantes, con tonos violáceos que denotan su juventud, de nariz intensa muy afrutada, con un cuerpo moderado y ligero matiz ácido; son agradables al paladar y elegantes en boca, con gran frescura y armonía. Cuando con Bobal se introducen los racimos enteros para la maceración carbónica se consiguen unos vinos de color cereza muy intenso con ribetes violáceos con gran intensidad aromática, muy frutales y de gran calidad.
Tierra de bobalSi hablamos de tintos, tanto jóvenes como de cuidadas crianzas (para las cuales se suelen reservar los viñedos más viejos), se elaboran sobre todo con Bobal o con Cencibel (Tempranillo) y son intensos en color y aromas frutales y de taninos persistentes. Acaparan el 80% de la uva que se cultiva y son excelentes para envejecer, concentrados, carnosos y tánicos, de gran intensidad colorante y excelente acidez. Presentan aromas frutales que nos recuerdan a los frutos negros como arándanos, moras, regaliz. Se trata de vinos con una extraordinaria personalidad y gran calidad, en buena parte gracias a los tradicionales sistemas de cultivo de Manchuela, que generan unas producciones moderadas y, por tanto, de mayor calidad.
Manchuela triunfa en México.
La DOP Manchuela ha cosechado un rotundo éxito en su participación en el Gran Salón del Vino de Ciudad de México, un evento de gran relevancia en el sector vitivinícola celebrado hace un par de semanas donde esta denominación ha mostrado lo mejor de su identidad y calidad. Con una asistencia multitudinaria de profesionales del sector, distribuidores, proveedores y tiendas especializadas, el evento ha permitido que Manchuela destacara por su excelencia y potencial de negocio en el mercado mexicano. Durante la jornada, las bodegas participantes cautivaron a los asistentes con sus vinos, en los que la uva Bobal brilló como la variedad emblemática que diferencia a esta denominación en el panorama internacional. Su carácter distintivo, estructura y perfil aromático conquistaron a los visitantes, posicionando a los vinos de Manchuela como una referencia de calidad en el mercado. Tras la exposición de vinos, la DOP Manchuela organizó un acto de presentación en el que se introdujo la historia, el territorio y la diversidad de la denominación y los asistentes pudieron disfrutar de una cata guiada y un aperitivo maridado con los mejores vinos de Manchuela. Este éxito marca un paso adelante en la internacionalización de la DOP y en el Consejo Regulador están seguros de que México será un mercado clave en el que sus vinos serán cada vez más reconocidos y apreciados.
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