El divorcio más complicado

Agencias
-

Un lustro después de hacerse efectiva la salida del país de la Unión Europea, la herida sangra todavía y aleja la posibilidad de una pronta reconciliación

El divorcio más complicado - Foto: Andy Rain, vía EFE

Han pasado cinco años desde que el Reino Unido abandonó la Unión Europea y aunque el tiempo todo lo cura, todavía quedan sentimientos y heridas abiertas tras este complicado divorcio. A nivel político impera el silencio y aunque el espectro del Brexit aparece de forma recurrente, no se aborda desde una óptica de posible reconciliación. Una amplía mayoría de los británicos consideran un fracaso la separación, pero si bien apuestan por estrechar vínculos, no se plantean volver a formar parte del bloque de los Veintisiete.

El debate sobre el regreso a la Unión Europea, el llamado Breturn, parece enterrado para conservadores y laboristas, los dos grandes partidos del Reino Unido, y solo los liberaldemócratas, que ocupan la tercera posición en el Parlamento, han alzado tímidamente la voz en defensa de una unión aduanera. Frente a esta postura se erige el partido nacionalista Reform UK, que lidera Nigel Farage, que atenaza a tories y laboristas por temor a que cualquier acercamiento a Bruselas pueda impulsar a la ultraderecha en las próximas elecciones. 

Más allá de las estrategias partidistas, si hay algo claro en los sentimientos sobre el Brexit es que la ciudadanía sigue agotada por las profundas heridas que causó. Ese sentimiento explica que pese a la decepción por el rumbo del país tras la salida de la comunidad europea, la mayoría prefiere un acercamiento que no implique una reconciliación en forma de Breturn.

Según los sondeos de la casa demoscópica YouGov, la gran mayoría de británicos prefiere como socio comercial prioritario a la UE frente a EEUU. Los encuestados se decantan por estrechar lazos como plantea el Gobierno laborista de Keir Starmer, más que por la adhesión a la unión aduanera o la vuelta al mercado único.

La llama viva

Aunque no parece que las dos mitades de la fotografía vayan a unirse de nuevo, hay algunas organizaciones que mantienen viva la llama de un eventual regreso a la UE. Estas agrupaciones nacieron a raíz del referéndum en el que el Reino Unido decidió la separación. Una de ellas es Bremain in Spain, que agrupa a británicos residentes en nuestro país. Su presidenta, Sue Wilson, defiende que «la ciudadanía merece entender el razonamiento tras la posición del Gobierno», que cree que se oculta «por el temor a romper las promesas de su programa electoral, a perder su integridad y aparecer como iguales al anterior Ejecutivo». Wilson también señala el «temor de abrir las viejas y divisivas heridas del Brexit», aunque cree que esta lógica no se sostiene cuando «tantos ciudadanos han cambiado de opinión al presenciar el caos que ha generado».

El primer ministro ha optado por el llamado reseteo de las relaciones, que contempla una serie de medidas que a ojos de muchos expertos tendrían como mucho un impacto marginal sobre el crecimiento de la economía británica. 

John Springford, analista del Centro para la Reforma Europea, calculó en un estudio reciente que si se llega a un acuerdo sobre los planes que Londres y Bruselas han puesto sobre la mesa, supondría a lo sumo elevar el PIB británico entre un 0,3 % y un 0,7 % sobre lo previsto. Y eso suponiendo que Starmer acceda a la principal propuesta de la UE, la de un programa de movilidad juvenil que facilite el flujo de menores de 30 años entre ambos lados del canal de la Mancha, algo que hoy parece muy lejano.

Para Springford, el alcance de las medidas que impulsa el Reino Unido es «bastante pequeño», y solo un acuerdo en reglas veterinarias y fitosanitarias, como desea Starmer, tendría un impacto significativo en los intercambios comerciales.

A largo plazo, el analista observa algún factor que puede llevar a replantear el marco de la relación. «El cambio demográfico muestra que la ciudadanía británica se está volviendo menos hostil a la UE, porque quienes votaron por la salida eran ciudadanos de mayor edad».

Disiente con él Lisa Burton, vicepresidenta de Bremain in Spain, que cree que si los partidos políticos británicos lanzasen una campaña a favor de volver a la UE, el apoyo sería mayoritario. A su juicio, si se apela a las emociones y se recuerda la historia compartida con Europa y los lazos culturales, el Breturn se convertiría en algo más que un sueño.