José Mercé ha mantenido la esencia pura del cante y la ha mezclado con versiones flamencas de Manu Chao, Luis Eduardo Aute, Víctor Jara, Louis Armstrong, Pablo Milanés, los Pop Tops y Joan Manuel Serrat, para situarse como un artista clave de la música española, rompiendo fronteras y llevando su música no sólo a la audiencia flamenca, sino también alcanzando también a un público más joven, amante del pop. Actuará hoy, a las 20 horas, en el Teatro Circo.
¿De qué está más contento de toda su carrera?
Estoy muy contento de haber conseguido y me siento un ser privilegiado de hacer lo que me gusta y que la vida me haya tratado me parece me bien
¿Ha versionado de todo?
Claro. Me gusta mucho arriesgar, hacer algo que llene y llegue y que sea diferente sin hacerle daño a la raíz del flamenco. Yo recuerdo que Al Alba, de Luis Eduardo Aute, fue grandísimo éxito y como decía Aute, con ese corazón que tenía:«Cuando estaba escribiendo eso pensaba que lo iba a cantar José Mercé».
¿Es un círculo muy cerrado es de la música?
Es muy bonito apreciar a la gente, ver lo que te gusta de un compañero. Creo que está saliendo mucha gente joven que lo están haciendo. El consejo que les doy es que no les metan pajaritos en la cabeza (Risas) y que no hagan lo que no sienten.
¿Qué siente antes de subirse a un escenario?
Muchísimos nervios, más responsabilidad, pero es muy importante que me siga pasando eso después de tantísimos años, que creo que tengo muchas ganas de hacer cosas. Lo que siento 15 minutos antes de salir al escenario, si tengo enemigos, no se lo deseo a ninguno. (Risas)
¿Pero le dan arcadas como a Joaquín Sabina?
Bueno, me da de 'tó'. (Risas)
¿Conoce algún sitio más bonito para vivir que Madrid?
Sí, me gusta mucho irme a Jerez (Chipiona) y me gusta disfrutar en un pinar maravilloso con la Playa de las Tres Piedras al lado. Ahí me siento muy bien y muy a gusto y ahí las pilas se van cargando.
¿Carga las pilas allí?
Claro, te da tiempo de ver lo que has hecho y de hacer más cosas. Eso es importante porque como digo yo es el descanso del guerrero y eso me viene muy bien.
¿Por qué una gira tiene que ser mortal?
Por ejemplo, en verano la playa todo el mundo la disfruta y yo la veo desde el asfalto. El mejor veraneo que yo tengo es hacer conciertos y disfrutar de la música.
¿A lo largo de estos años ha tenido siempre la cabeza muy centrada?
Ha surgido de todo, date cuenta de que han pasado muchas cosas buenas y malas, pero realmente lo más malo fue la muerte de mi hijo. Pensé en abandonar esto, en dejar de cantar, aunque afortunadamente tengo mi mujer que es una maravilla y me dijo:«Tenemos dos hijas, tenemos que seguir y tú no sabes más que cantar. Si no hubiera cantado no sé lo que hubiera sido de mí».
¿Ha llegado el momento en que hace lo que quiere?
Sí, me gustaría que el público disfrutara la mitad de lo que lo hago yo en el escenario.
¿Piensa que la vida es una competición como se muestra en Got Talent?
No, la vida no es una competición como muestran estos programas. Creo que hay que tratar de hacerlo bien, pero en el mundo del arte la competición no es buena, porque me gusta tener concordia con mi compañero.
¿Eso es lo que parece en los programas?
Sí hay mucho competitividad y eso no es bueno.
¿De todos sus trabajos con cuál se siente más contento?
Nunca estoy contento, soy muy perfeccionista, pero de todos mis discos creo que todos tienen su cosita que llega y me llena.
¿Todo el mundo quiere la paz, pero la mitad del mundo quiere la guerra?
Esto es un desastre. Yo muchas veces me levanto, enchufo la televisión y se me quitan las ganas de to'. Desde la pandemia para acá estamos mucho peor. Con lo bonito que es disfrutar de la vida, porque venimos tres días a disfrutar de ella.