A ritmo de la batucada protagonizada por "Los Sambasores", cientos de profesionales sanitarios, no sanitarios, así como representantes de asociaciones de pacientes y ciudadanos en general, que sumaban más de 2.000 personas, han recorrido esta tarde las calles del centro de la ciudad hasta la plaza del Altozano, en la que ha sido la tercera movilización promovida por trabajadores del Complejo Hospitalario de Albacete en defensa de una sanidad pública digna para todos, como rezaba la pancarta cabeza de la marcha, y en contra de los recortes presupuestarios. Una protesta a la que se sumaron también miembros de las plataformas de pacientes de las localidades de Almansa y Villarrobledo.
Los convocantes, que se definen como un grupo de enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de Enfermería «que trabajamos a pie de cama», aclararon que su actividad no está vinculada a ningún ente público, sindicato o partido político, «porque nuestro objetivo es ser la voz de todos los que queremos gritar a los cuatro vientos la situación de la sanidad pública es pésima y que queremos intentar mejorarla».
Los manifestantes insistieron en la «situación crítica» que vive en particular el CHUA, que «tiende a empeorar», graves carencias y deficiencias denunciadas por los sanitarios, que «repercuten negativamente en la calidad de la atención que podemos prestar». En su opinión, el recorte en las contrataciones está llevando al cierre de camas y a la saturación del Servicio de Urgencias, así como al deterioro progresivo en la calidad asistencial que se presta y al aumento de las listas de espera.
Una imagen de una parte de los manifestantes que se han sumado a la protesta de sanitarios. - Foto: Rubén SerralléAdemás, para los convocantes de la protesta «la falta de personal sanitario se está traduciendo en la reducción de la actividad asistencial en diferentes áreas médicas y diagnósticas, con el consiguiente crecimiento de las demoras».
Deficiente funcionamiento de la Atención Primaria cuyas listas de espera para la atención oscilan entre los siete y los 15 días; falta de celadores; una red informática insuficiente que genera bloqueos constantes en la historia clínica informatizada de los pacientes; recortes en el servicio de limpieza, así como problemas en la lavandería y lencería. A todo ello se une, según los manifestantes un Hospital «que se ha quedado pequeño con respecto al aumento de la demanda poblacional, sin aparcarmiento útil, y sin ningún edificio nuevo terminado ni listo para uso y descongestión del viejo hospital».