Mario Núñez, oficial técnico del Servicio Contra Incendios del Ayuntamiento de Albacete, explicó la labor realizada en las zonas afectadas por la DANA.
¿Cuál ha sido su labor?
En Letur, ayudamos durante dos días en las labores de desescombro con maquinaria, mientras que en Valencia, nuestra función, durante los primeros días, fue achicar agua en los garajes para poder realizar una revisión exhaustiva de los coches y descartar víctimas en su interior.
Mientras se hace el trabajo de achique, que lleva un tiempo, ayudamos a los vecinos en todas las cosas que nos pedían, desde abrir puertas, sacar escombro, dar condiciones de seguridad en locales que había arrasado el agua para que pudieran trabajar los servicios de limpieza, cortar árboles, etc.
¿Cómo es la situación en las zonas afectadas?
Es más de lo que se cree. Realmente, cuando vas y lo ves en persona es increíble. La televisión no es que no haga justicia, sino que realmente se ve una calle, y cuando no conoces la zona no te haces idea de la extensión. Son kilómetros y kilómetros cuadrados de calles, de pueblos arrasados, y cuando lo ves te das cuenta de la magnitud real de la emergencia.
¿Con qué sensación llegaron a Valencia y con cuál volvieron?
Llegamos a ayudar y a colaborar en todo lo que pudiéramos, con cierto miedo o respeto por ver qué nos encontrábamos. Encontramos la zona bastante peor de lo que imaginábamos. Luego, una vez que estás trabajando, es un trabajo igual que otro en el que lo das todo. La sensación de vuelta ha sido excelente por el apoyo de los vecinos, el afecto que nos han mostrado, estábamos trabajando y nos bajaban ollas de comida. Y todos con un ánimo que, la verdad, es que te pones en su piel y ves qué fuerza de voluntad tienen después de todo lo que han pasado.
¿Habían vivido antes situaciones de esta magnitud?
De esta magnitud, poca gente lo ha visto. Uno de los compañeros con el que fui el lunes, que estuvo en el terremoto de Haití, me dijo que Valencia era como si estuviéramos en el terremoto de Haití, sólo faltan los bloques caídos, el resto es igual o peor. Miles y miles de coches apilados, locales arrancados enteros, increíble.
¿Les ha tocado lidiar con alguna situación dramática?
No, por suerte, no. En un primer garaje al que nos enviaron nos dijeron que urgía revisarlo porque era muy grande, de unos 2.000 metros cuadrados, en un sótano con dos plantas. Se había inundado el sótanos menos dos y el sótano menos uno, entonces, se preveía la posibilidad de que pudiera haber alguien, porque aunque los vecinos no echaban en falta a nadie, podría haber alguna plaza arrendada. Finalmente, lo revisamos y no había nadie por suerte.