Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Retahíla

30/01/2023

Cuando suceden varias cosas o sucesos, que sean iguales o análogos y que se van hilvanando uno detrás de otro, se le llama retahíla. ¡Vaya retahíla de burros¡ ¡vaya retahíla de zánganos¡ o ¡vaya retahíla de esperpentos¡, sin ánimo de peyorizar, claro; porque también se dice, ¡vaya retahíla de autores¡, por ejemplo, y eso es ya más en positivo.
Resulta que aplicar palabras, poco usuales en los diálogos cultos y mucho más en la jerga coloquial, esa que se lleva más en bares, cafeterías o 'sitios de mal vivir', nos permite entender mucho mejor los acontecimientos o las circunstancias de dominio público. Me viene a la cabeza, lo que ahora está pasando: una retahíla de violadores están rebajando penas o saliendo libres a la calle, con todo lo que esto conlleva para las mujeres en situación de peligro –maltratadas, denunciantes o amenzadas-; y también porque no, lo de esa retahíla de energúmenos que se dedican a descargar su ira en luchas callejeras, destrozos de mobiliario urbano o enfrentamientos de 'holligans' cuando un partido de fútbol tiene cabida.
Y es que amigos, la palabra retahíla se está poniendo de moda, por la razón de que son muchos los que se unen a actitudes negacionistas, provocaciones políticas, radicalismos xenófobos, dirigentes necios, nacionalistas vehementes o activistas fraudulentos.
Por eso, me gustaría encontrar retahílas de jóvenes esperando la apertura de la biblioteca de turno; o esperando la entrada a un espectáculo teatral; o a un concierto de música clásica o popular; o tal vez, a una convención científica. Y eso sí, que estuvieran en orden, charlando amigablemente, siendo consecuentes con el respeto de guardar el espacio, creyendo que todo tiene más valor que el que se le pueda dar; no sé, como si fuera un eufemismo en lugar de una utopía.
Ahora bien, como siempre finalizo mí reflexión, no quisiera ser solamente crítico en plan negativo, como si esta sociedad fuera solamente así, mala y provocadora; no, yo creo que hay que ser positivos y pensar que la juventud tiene ricos valores que hay que potenciar y la adultez tiene también otros cauces de expresión para ayudar a mejorar los aspectos que ahora no funcionan o que están debilitándose por malos fundamentos de acción y reacción. Esperemos ver una retahíla de buenas costumbres en poco tiempo.