Hablemos de cosas serias, que entre tanto bloqueo de Twitter de Óscar Puente, denuncias de Yolanda Díaz a sus excompañeros por transfuguismo, o la presentación del libro de Sánchez por parte de José Javier, el de "Cuentos Chinos", parece que vivimos en un país de opereta,
Hablemos de cosas serias, porque las hay verdaderamente serias. El presidente no acudirá al debate en el que el Congreso decide la toma en consideración de la ley de amnistía, porque se lo impide su agenda internacional. Agenda que se ha saltado cuando le ha convenido, pero probablemente ha preferido quitarse de en medio a pesar de que la amnistía se ha convertido en el asunto que hoy protagoniza la vida política. Con una tensión extrema provocada por él mismo, al asumir la exigencia de los independentistas, sí quería sus votos para mantenerse en Moncloa.
Se trata de uno de los debates más vergonzosos que se han vivido en la Carrera de San Jerónimo, porque los españoles verán a un gobierno defendiendo con todas sus fuerzas aquello de lo que abominaban. Lo harán atacando con furia a quienes defienden lo que ellos defendían, hasta que Junts y ERC presentaron sus condiciones y Sánchez no tuvo el menor pudor en ponerse a disposición de Puigdemont y de Junqueras para lo que ellos quisieran. La amnistía, claro. La tendrán porque el parlamento votará mayoritariamente, pero afortunadamente todavía puede pararse en otras instancias. La confianza en Conde Pumpido es escasa, pero la Justicia, y los tribunales europeos, aún tienen mucho que decir e incluso pueden pronunciar la última palabra.
Es cosa seria, muy seria, lo que está pasando con la ex directora del CNI Paz Esteban, de lo mejor que ha pasado por esa casa, como bien explicaba Margarita Robles, hasta horas antes de decidir su cese.
La ministra de Defensa defiende sus argumentos- valga la redundancia- con firmeza. Con la misma que defendía su continuidad y alertaba sobre las consecuencias de que fuera cesada. Pero a nadie se le escapa que ha actuado en función de lo que exigían los independentistas, y el roto que se ha hecho al CNI ha sido descomunal.
No porque la sustituta no sea eficaz en su trabajo, contaba con experiencia sobrada, pero los veteranos del Centro saben que el cese de Paz Esteban ha afectado a la imagen del CNI y a sus relaciones con otros servicios extranjeros, lo que ya apuntaba la propia Robles cuando explicaba por qué era un error cesar a Esteban por el caso Pegasus. Puede acabar imputada porque los independentistas no se conforman solo con su cese; querían su cabeza, y la han tenido en bandeja.
Que le vaya bien a Sánchez con su libro, pero mejor le iría si se ocupara de los asuntos serios que tiene este país. Que ha provocado él mismo al pagar el precio que le exigían los independentistas por apoyar su investidura.