Pedro Sánchez ya tiene gobierno. Nada de menos ministros ni tampoco de políticos pensados para la gestión. En un momento económico difícil y peor que se va a poner el año próximo según todos los pronósticos, el presidente ha decidido dejar en el gobierno a Nadia Calviño, al mando de la economía hasta el 8 de diciembre. En esa fecha se desvelará quién presidirá el BEI y por tanto si Calviño lo consigue o no. Si lo logra se queda y si se va, pues ya veremos quién estará a los mandos de la economía. Se habla de José Luis Escrivá al que le ha caído un ministerio perfectamente prescindible.
En todo caso, la cuestión ya no es si sobran ministerios, que sí. Es quién desde el minuto uno va a coger el toro por los cuernos y va a poner en marcha, cómo ha pedido este lunes el gobernador del Banco de España, las reformas que España necesita y que están sin hacer. Hay que abordar además la reducción de la deuda y el déficit públicos. Si finalmente el año 2024 se vuelven a aplicar las reglas fiscales en la Unión Europea, qué hará entonces Pedro Sánchez con los miles y miles de millones de euros que piensa gastar en una Administración mastodóntica, pero también y sobre todo en sus pactos para ser investido.
Además, los tipos de interés muy probablemente seguirán subiendo. Lo harán en Estados Unidos y también en la UE. La inflación sigue dando disgustos, la recesión ya es un hecho en muchos países de la eurozona y la ejecución de los fondos europeos no está teniendo ni mucho menos el impacto en la economía que se había pensado. En este contexto, parece que Pedro Sánchez se lo toma a broma. Vamos a ver cómo resuelven las cuentas públicas para el año que viene y a qué precio para los españoles. Lo que es seguro es que subirán los impuestos que pagaremos todos para que el presidente siga en La Moncloa y cumpla con sus socios, aunque como ya sabemos consagrarán la desigualdad y la insolidaridad entre españoles.