La solidaridad de los albacetenses se volvió a poner de manifiesto ayer con el festival taurino en favor del Sagrado Corazón de Jesús, una institución popularmente conocida como el Cotolengo y que ofrece un servicio imprescindible para con los más necesitados de la sociedad. La plaza de toros no vivió un lleno, como debía haber sido, para recaudar fondos para la institución benéfica, pero los aficionados taurinos que se sentaron en los tendidos pusieron su granito de arena para que la función del Cotolengo pueda continuar adelante.
En el festival taurino hubo dos ausencias notables, Dámaso González y Rafael Sánchez, Zapaterito de Santa Quiteria, figura del toreo y aficionado, respectivamente, que tuvieron en común su afán por favorecer al Cotolengo y que sus beneficiarios tengan las mejores condiciones posibles dentro de sus necesidades. Fueron dos personas altruistas, pero especialmente volcadas con esta institución benéfica y católica que realiza un papel fundamental donde las instituciones públicas no llegan. Hay personas que critican a la Iglesia y que consideran que debe desaparecer, pero instituciones católicas como el Sagrado Corazón demuestran que la Iglesia está implicada con los más vulnerables. Precisamente ésa también fue la obsesión tanto de Dámaso como de Zapaterito. Ayer, en algún momento, todos los asistentes tuvieron en su mente a alguno de estas dos personas que también fueron, con sus defectos y virtudes, como todos, un ejemplo para la sociedad. Lo importante de la jornada de ayer es que el Cotolengo recibió unos fondos importantes, además de miles de kilos de alimentos recogidos por la plataforma También Somos Cultura.