Chocolates, azafranes, abonos y almacenes de quincalla, son los primeros negocios que se protegieron con una marca en Albacete entre finales del siglo XIX y los primeros años del XX.
La primera ley de marcas de España es de 1850, pero la primera de las marcas nacionales no se registró hasta 1866. A la Oficina de Patentes y Marcas no llegó ningún emblema de Albacete hasta 1899, es decir, medio siglo después de que se legislara la concesión de «certificados de marcas», con el propósito de que los propietarios de estos distintivos pudieran hacer valer sus derechos frente a usurpadores y de que el público distinguiese determinados productos frente a su competencia.
Los propietarios de la primera marca albaceteña no podían ser otros: Fernández y Fontecha, su símbolo, un doble círculo con una pajarita de papel en el centro y la leyenda «marca registrada».
Estrenado el registro de marcas albaceteñas, en los diez primeros años se inscribieron un total de 28 marcas, según consta en el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Todas son de fábricas asentadas en la capital, excepto dos registradas en Almansa: Calzados Alcocel y Castillo de Almansa, y la marca Fosfobiol registrada por Enrique González Palacios de Hellín.
Buena parte de la veintena de marcas registradas por albaceteños eran propiedad de Jacinto Fernández Nieto, industrial integrado en el primer consejo de administración del Banco de Albacete, fundado en 1910 y que pasó a dirigir dos años más tarde. A Fernández Nieto no se le puede negar su carácter emprendedor.
Patentes de inventos. No se conformó con registrar varias marcas: La Pajarita, Verdaderos Chocolates de los RR.PP. Capuchinos, Chocolates de los Monjes Bernardinos, Azafrán Puro Jacinto Fernández, Chocolates Fernández, La Corona y un singular logotipo con el emblema Paz y Trabajo.
Al mismo tiempo que registraba marcas, Jacinto Fernández Nieto, que llegó a ser alcalde de Albacete unos meses, entre mayo y noviembre de 1909, también se preocupó de buscar protección y patentar cinco inventos: tres envases para conservar de manera adecuada el azafrán y dos sistemas de moldeado y envasado de chocolates.
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