El poderío de la Semana Santa para el sector hotelero y turístico es innegable. Estas minivacaciones son una fecha idónea para la llegada de viajeros a la provincia, gracias a su condición como destino de interior, especialmente en la comarca de la Manchuela y en la Sierra del Segura.

Hasta marzo, por Albacete o alguno de sus municipios pasaron 78.159 turistas, un 0,8% más que el año anterior. Esa diferencia que superó con creces el medio millar (640 más que en los tres primeros meses de 2023) se agrandó al poner la lupa en otro aspecto: las pernoctaciones. Las estancias en alojamientos hoteleros de la provincia sí subieron con fuerza, un 6,1% más. Según la información publicada por el INE ayer, entre enero y marzo se contabilizaron 141.747 personas que pasaron la noche en una plaza hotelera de la provincia, cuando en ese mismo periodo del año anterior fueron 133.608.

asignatura pendiente. Ahora bien, lo que no acaba de superarse, ni con la ayuda de la Semana Santa, es saltar la barrera de los dos días de estancia media. De hecho, los 1,72 días de permanencia media en la provincia de marzo de este año se quedaron por debajo de los 1,74 de ese mes de 2023.

Para la gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (Apeht), Begoña Garijo, «estamos contentos con este aumento, pero no cabe duda de que es por la Semana Santa». Por eso, indicó que conviene «esperar» a ver cómo termina abril -fecha en la que cayó esta fiesta el año pasado- «para comprobar si la tendencia de crecimiento se consolida».

Garijo insistió en que la mayor ocupación confirma el tirón semanasantero, pero consideró como «preocupante» que, si gracias a ello, se logre que la estancia media sea de más de dos días. «El reto pasa por salir de la estacionalidad» y, en el caso de la capital, de la Feria, para lo que alaba «que se programen  eventos culturales y deportivos prácticamente todos los meses».