En el castizo barrio de Embajadores, que se ha convertido en punto neurálgico de la escena alternativa madrileña, se erige la sala Estudio 2 Manuel Galiana, la sede de la compañía teatral Martes Teatro, fundada en 2004 por el propio actor. Un lugar convertido por momentos en la casa que el escritor Benito Pérez Galdós tenía en el número 7 de la calle Hilarión Eslava. Hasta ese lugar acudía cada tarde el actor Pepe López Alonso que se convirtió en el lector personal del autor de los Episodios Nacionales. ¿Y, además de las lecturas literarias y periodísticas, de qué hablaban aquellos dos hombres?
Esa es la pregunta a la que ha intentado dar respuesta Javier López-Galiacho, admirador de un Benito Pérez Galdós que «encarna la España deseada, la que yo sueño: humanista, cristiana sin caer en el radicalismo, fraternal, de abrazo… Por eso Pérez Galdós es un faro, una guía que deberíamos tener». Pero ahí algo más para lanzarse a esta aventura teatral que recorrerá España en los próximos meses. Y es que aquel lector era el bisabuelo del albaceteño: «Yo heredé una fotografía en la que se les ve a ambos en la casa del escritor. Con toda la modestia creo que una obra así solo la podía escribir yo porque tenía esa fotografía y esa historia». La obra se titula precisamente El lector de Galdós y se representará el próximo 4 de abril en el Teatro Circo, lo cual supondrá el regreso de Galdós no sólo a Albacete, sino a este templo de las tablas, como recuerda Galiacho: «Estuvo allí en 1903 asistiendo a la representación de su obra Mariucha».
Ahora regresa a Albacete encarnado por Manuel Galiana, «no puede haber actor mejor en España para esta obra que él porque estética y, sobre todo, éticamente está plenamente identificado con Galdós», remarca Galiacho. «Uno siente mucha responsabilidad con este papel», reconoce el veterano actor que ahonda en que «siempre es un reto para los actores dar vida a personas reales». «Es un regalo que Galiacho haya concebido esta obra y que haya pensado en mí», prosigue Galiana, que confiesa que lo que más le ha sorprendido del escritor es su «manera de amar tanto y tan pasionalmente». Y es que en esta conversación ficticia que se desarrolla un día de enero de 1919 -apenas un año antes de la muerte del escritor canario- , se van desgranando los pensamientos, las creencias y las vivencias que Galdós narró en entrevistas y escritos, pero también en sus obras literarias. «Es una síntesis muy certera de una obra ingente como la suya», apunta el actor aún caracterizado como Galdós después de representar la escena en la que escritor y lector (encarnado por Jesús Ganuza) recuerdan el boicot que sufrió el canario para no ser premiado con el Nobel. Boicot que salió de España. De sus propios paisanos. Así era -y es- este país. Por eso siempre es recomendable reivindicar a Galdós «y su España deseada».