Muy suelto de salida salió el primero del lote de Jesús Moreno, un ejemplar portugués de la Condesa de Sobral, al que picó de forma impecable Daniel López y lidió muy suave Santiago González, destacando un gran par de David Adalid. Brindó al cirujano jefe de la plaza Máximo García Padrós.
La tocó en suerte un novillo muy soso y blando, que aunque le citó en el sitio y pasó ligado, no le dejó que el trasteo llegara al tendido, con un pitón derecho por el que protestaba al final del muletazo y un izquierdo más claro, pero de menor recorrido. Faena pulcra que no llegó a coger altura por las condiciones del animal. Lo mató de estocada y fue silenciado.
Tampoco hubo suerte con el quinto, un novillo con el hierro de Baltasar Ibán al que ya faltó entrega en el capote, parándolo con algunas verónicas templadas. Lo lidió suave David Adalid y Santiago González puso dos buenos pares de banderillas, clavando arriba y saliendo muy sobrado.
Comenzó por abajo con la pierna flexionada sacándoselo a los medios, pero el animal no estuvo dispuesto a embestir, haciéndolo con poca clase y dando cabezazos, protestando, consiguiendo templarlo en un par de tandas en redondo, siempre con la cara alta. Se atascó con el descabello tras una estocada y fue silenciado.
Abrió plaza Villita con un novillo del hierro de José González, al que recibió con verónicas templadas. El toro tuvo buena condición, sobre todo por el pitón derecho, aunque por el izquierdo también se desplazaba largo. La faena tuvo buena compostura, aunque le faltó algo de transmisión, templando mucho y con pasajes de buen toreo por el pitón derecho. Lo mató de media estocada trasera y algo desprendida, recogiendo una ovación y otra que recibió el novillo en el arrastre.
Se aplaudió de salida el cuarto de la tarde, con el hierro de Quintas, un berrendo en negro aparejado y botinero, espectacular de capa. Empujó en el caballo, picándolo bien Espartaco y con un gran primer par de Caricol.
No sirvió en la muleta, flojo y embistiendo trompicado, quedándose a media suerte, muy corto. Sin posibilidades, lo intentó Villita que anduvo con ganas, pero sin material. Lo mató de estocada baja y fue silenciado y el novillo pitado.
Poca historia tuvo el tercero de la tarde, primero del lote del sevillano Diego Bastos, con el hierro de Guerrero y Carpintero y que brindó al matador de toros Saúl Jiménez Fortes. Llegó muy parado a la muleta, debiendo hacerle todo en las cercanías, embistiendo bruto y dando cabezazos, por lo que la faena al final no transcendió, matándolo de estocada baja, con silencio en los tendidos.
El sexto fue más de lo mismo. Un novillo con el hierro de Ángel Luis Peña que no le dio ninguna opción a Diego Bastos, reponiendo y protestón. Lo intentó sin éxito y además se atascó con la espada, por lo que así terminó una tarde que no pasará a la historia de Las Ventas.