La UE vuelve a fragmentarse

Agencias
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La UE vuelve a fragmentarse - Foto: Yves Herman

Una Unión cada vez más dividida. La crisis de Afganistán y la potencial llegada de refugiados a Europa han vuelto a evidenciar las diferencias que existen en la UE, con posturas muy divergentes en este aspecto entre países como Hungría o Grecia e instituciones como el Parlamento comunitario a la hora de pactar una política migratoria común. 

Así, el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, se mostró ayer «decepcionado» por el hecho de que los Veintisiete -a los que acusó de «falta de coraje»- no se comprometieran a acoger a demandantes de asilo afganos. 

«Fui el primero que definitivamente se opuso» a la política de aceptar refugiados «en 2015», replicó a Sassoli el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orban. «Este enfoque puede destruir la identidad cultural de Europa. Creo que en 2015 llegaron muchas personas peligrosas a Europa que puede desembocar en terrorismo y en muchas dificultades sociales y no estamos preparados para afrontar estos nuevos retos», continuó. Y aseguró que «con Afganistán esto vuelve a ser una realidad».

También el premier griego, Kyriakos Mitsotakis, expresó su «cortés discrepancia» con la voluntad de Sassoli.

«No queremos repetir los flujos incontrolados y masivos que experimentamos en 2015», señaló el mandatario heleno. «Yo me mantengo ante esta decisión como un país que fue una víctima de una política que acabó resaltando fracasos significativos de las instituciones europeas, porque aún no hemos sido capaces de acordar un pacto común sobre migración y asilo», aseguró.

Sassoli, en cambio, defendió que «no podemos pretender que Afganistán no es de nuestra incumbencia, porque participamos en esta misión» y apuntó que la «solidaridad» es «un objetivo establecido en nuestros tratados».

Países como Alemania insisten en un reparto de refugiados que otras naciones como Austria han rechazado de pleno.