Arturo de la Rosa y Rocío Cortés, 'Quijote Gitano 2025'

J. C. Picurelli
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La Fundación Secretariado Gitano de Albacete celebra su Día Internacional y el 600 Aniversario de la llegada del Pueblo Gitano a la Península Ibérica

Arturo de la Rosa y Rocío Cortés posan con sus premios junto al alcalde y al presidente de la Diputación. - Foto: J. M. Esparcia

En Albacete ayer se conmemoró el Día Internacional del Pueblo Gitano y en este 2025 el Aniversario fue todavía más especial, pues coincide con los 600 años desde la llegada del pueblo romaní a la Península Ibérica. El salón de actos de la Diputación acogió una celebración muy emotiva a la que asistieron alrededor de un centenar de personas. Conducido por Encarnación Ballesteros, coordinadora provincial de la Fundación Secretariado Gitano de Albacete y Aquilino Fernández, Prospector Laboral de la Fundación, el acto comenzaba con la actuación del Grupo de Cámara de la Banda Sinfónica Municipal y la interpretación del Gelem,Gelem himno gitano.

Posteriormente tomó la palabra el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, que destacaba que 2025, declarado oficialmente como Año del Pueblo Gitano, supone «una oportunidad para visibilizar, para aprender, para agradecer… y para comprometernos, de verdad, con la igualdad real, derribando barreras». 

Después, el alcalde de Albacete, Manuel Serrano, indicaba que  «el pueblo gitano lleva 600 años viviendo en nuestro país y en ese largo período de tiempo ha habido tristes momentos de discriminación y desconfianza, incluso de persecución», y añadía que «finalmente ha triunfado la convivencia, el respeto e incluso el cariño y el acto de hoy es un reflejo de esa historia compartida, y también una promesa de futuro en común: seguir viviendo juntos en este proyecto ilusionante que se llama Albacete».

Tras las intervenciones institucionales, se realizaba una interpretación relacionada con la llegada del pueblo gitano a la Península en 1425, e inmediatamente Cortes Muñoz leyó un marcado discurso en el que entre otros mensajes pidió «el compromiso a las instituciones para avanzar en igualdad». También se hizo un recorrido virtual por la exposición 600 años. Una historia compartida.

Finalmente se entregaban los premios Quijote Gitano 2025, que este año recayeron en Arturo de la Rosa Bustamante y Rocío Cortés. Sobre estos galardonados, Encarnación Ballesteros contaba a La Tribuna que «hemos entregado un premio al presente y al futuro. Decidimos entregárselo a Arturo que es un señor de 93 años que ha luchado mucho en la vida y formó la primera asociación gitana en La Roda». 

«Rocío es una mujer gitana que va a tener una profesión que se sale un poco de los cánones o estereotipo que se tiene de la mujer gitana». Está opositando para policía nacional y añadía sobre ella que «es inteligente, luchadora y ha roto muchas barreras». 

Respecto a los protagonistas de estos premios, Arturo de la Rosa subió a recoger el galardón junto a su nieta, y fue ella la encargada de dirigir un pequeño discurso cargado de emotividad, en el que contaba como su abuelo «se ha recorrido medio mundo para ganarse la vida» y destacaba las historias que De la Rosa le contaba y que «han marcado a nuestro pueblo, que nos han hecho resistentes como rocas, pero también sensibles a las necesidades, hospitalarios, acogedores, alegres e incansables. Con su manera mágica de entender la vida que nos han trasladado hasta hoy. Nuestros mayores han abierto un camino por el que nosotros transitamos y caminamos. Nos han quitado piedras y han ganado batallas que nosotros ya no tenemos que librar».

Para la Fundación Secretariado Gitano estos premios son también un compromiso con el futuro, según Encarnación Ballesteros, «para que los niños gitanos puedan crecer con las mismas oportunidades que cualquier otro niño». Por ello el segundo galardón recayó en Rocío Cortés. La joven está opositando para policía nacional, rompiendo estereotipos y falsas expectativas y apuntaba que  «no creo que merezca este premio, pero deseo de todo corazón que todos los niños gitanos que están aquí vean con sus propios ojos que no hay barreras que ellos no puedan quitar de en medio, como lo hice yo en su día».