El perro más obediente de España es de Albacete y se llama Jeyko. Acaba de ganar junto a su dueño y entrenador, Raúl Fajardo, la mayor puntuación en obediencia en Soria, donde se celebró la semana pasada el Campeonato Nacional de Trabajo del Club Español del Perro Pastor Alemán.
Lo primero que aclara Fajardo es que no hay que confundir la obediencia con la sumisión: «en esta clase de competición, no sólo se valora la capacidad del animal de hacer lo que le pides, también puntúa la actitud, se tiene que notar que sale de él, que no lo hace obligado, que no está presionado».
Y en el caso de Jeyko, este último extremo quedó muy claro, porque logró nada menos que 97 puntos de 100 posibles, en el marco de una exigente competición en la que tomaron parte los mejores en tres disciplinas distintas, que son la de obediencia, la de protección y la de rastro.
«Cada una de estas disciplinas se inspira en las pruebas que, antiguamente, pasaban los perros para determinar si eran aptos o no para el trabajo», explica el entrenador de Jeyko, «con las puntuaciones de cada disciplina se hace un promedio y los cinco mejores van al Mundial de Alemania».
En el caso concreto de Jeyko, se quedó a las puertas, porque obtuvo muy buenas puntuaciones en obediencia y en rastro, «pero en protección no tuvimos nuestro día, así que nos quedamos con el reconocimiento; aún así, nos hemos vuelto muy contentos del Campeonato en Soria».
En la prueba de obediencia, que este año ha sido el punto fuerte de este pastor alemán de cinco años de edad, los jueves evalúan la ductilidad del animal, a través de la ejecución de diferentes ejercicios de manejo y control, como el seguimiento a distintas velocidades, cambios de posición, recuperación de objetos o el salto de obstáculos.
Alta competición. En estas lides de la alta competición, Jeyko ya atesora una notable experiencia. Éste es el tercer año seguido en el que consigue la clasificación para el Campeonato Nacional, además de haber logrado dos segundos puestos en las pruebas selectivas celebradas en Madrid, en el año 2023, y de Valencia, en el año 2024.
Antes de acceder a la competición, el animal debe pasar por una serie de pruebas tan exigentes como la misma competición. Primero, un test de sociabilidad que acredita que es apto para la convivencia civil, seguido de tres exámenes de grado de dificultad creciente para el tándem hombre-animal.
En cuando al propio Raúl Fajardo, éste señala que «llevo toda la vida en el mundo de los perros, aunque como profesional serán unos 12 y, dentro de la modalidad de IGP, serán entre siete y ocho; me considero afortunado, porque hay un gran nivel de competición en España y porque hemos tenido la ocasión de entrenar con los mejores».
En nuestro país, residen varios campeones del mundo, con los que Raúl y Jeyko han trabajado codo con codo o, más bien, codo con pata: «Para mí, el secreto está en generar un buen entendimiento por parte del perro de los diferentes ejercicios, además de tener paciencia y constancia en el trabajo», subraya el entrenador.
Pero lo más importante de todo, a su juicio, es el camino que ambos hacen juntos, porque «sin duda, lo más importante es disfrutar del proceso, de cada momentos que compartes con tu perro, porque se crea un vínculo muy fuerte, muy intenso entre el animal y su entrenador».
Señalar, por último, que el Campeonato Nacional de Trabajo es una de las competiciones más prestigiosas en el mundo del perro. Ahora mismo, España está en la élite internacional, ya que nuestro país es el actual campeón mundial por equipos «y tenemos también al campeón mundial en nuestro país», subraya Fajardo.