Los mercados, también en el ámbito del transporte, tienen unos comportamientos que hay que tener en cuenta. El decano de la Facultad de Económicas y Empresariales de la UCLM, en el Campus de Albacete, Francisco Escribano, concreta que son «cuatro grandes aspectos» a tener en cuenta.
El principal, y que cae por su lógica, es que, a mayor oferta, los precios caen, «ocurre con cualquier producto y en cualquier mercado». La pregunta es «hasta cuánto pueden caer», porque una bajada excesiva «puede tener efectos perjudiciales» para las empresas y generar pérdidas.
Junto a ello, hay que analizar si las plazas ofertadas por las distintas compañías se están cubriendo o no. «Se observa a lo largo del año pasado que la oferta se mantuvo estable» y, al tiempo, hubo un aumento de viajeros, «creciendo un 6,2% en el último trimestre, probablemente porque abaratar precios haya servido de reclamo».
Si las compañías son capaces de crecer en cuota de viajeros, «puede que finalmente tenga sentido esta política de bajada de precios», considera este economista.
Por contra, habría que analizar seriamente «cómo puede afectar la bajada de precios si no incrementa de forma considerable el número de viajeros en cada compañía». Ya hay algunas que han tomado decisiones de negocio para contener el coste, como Iryo, que opera solo en la línea Madrid-Alicante de viernes a domingo.
Efectos secundarios. Con todas estas cuestiones sobre la mesa, habría que tener en cuenta una variable más, según aborda Francisco Escribano:«ver cómo afecta esta política de precios al resto de oferta ferroviaria con la que contamos».
Lo aclara al indicar que, en Albacete, «el AVE solo lo tenemos en esta línea, pero hemos perdido toda la relación con el Levante, los trenes a Valencia son media distancia, y la relación con Extremadura y Andalucía también es con trenes convencionales». Si la caída de precios avanza, puede llevar a que haya viajeros que «se replanteen y, para viajar a Valencia apuesten por ir a de Albacete a Cuenca y de ésta a la capital del Turia, todo en alta velocidad».
Con ello, la vía convencional «puede sufrir un nuevo revés», algo que sería muy negativo -considera el decano de Económicas y Empresariales- porque contribuyen a vertebrar el territorio.
Acompasar a los costes. Independientemente de este análisis centrado en las conclusiones del informe reciente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Escribano insiste en una idea fundamental. «Los precios tienen que ir vinculados a los costes de los servicios».
Según el Observatorio del Transporte y Logística de España, «en 2023 los costes en el transporte de viajeros subieron», por los de personal, los de mantenimiento y otros. «Esta política de precios no puede ser sostenible a largo plazo, llevaría a las empresas a un desequilibrio financiero».
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