La segunda de abono, a su término, pareció una vuelta a lo vivido el año pasado en la novillada en la que Caballero y Navalón se midieron mano a mano y salieron en hombros, porque ayer se repitió el resultado, con los dos por la puerta grande, aunque, en esta ocasión, con el camino allanado ante los de Montealto. Por su parte, Javier Zulueta, la novedad del cartel de este año, tuvo el peor lote y se fue de vacío, con el añadido de que estuvo a punto de escuchar el tercer aviso en el sexto de la tarde.
Caballero y Navalón tuvieron viento de cola en la primera parte del festejo y con el camino despejado, redondearon en la segunda. Dos puertas grandes, la primera, la de Caballero, para ganar en confianza en su carrera novilleril, y la segunda, la de Navalón, para despedirse de forma triunfal antes de doctorarse el sábado.
En la tarde de su despedida como novillero, Navalón mostró su disposición con la larga cambiada con la que recibió a un novillo suelto de salida, pero al fijarlo en el capote le recetó lucidas verónicas rematadas con media. Aperitivo de un vistoso quite por chicuelinas, rematado con una cordobesa y una revolera. Brindó su faena al diestro Rubén Pinar y al ganadero Jorge Ibáñez y pronto se vio la gana de triunfo de un Navalón que comenzó con estatuarios, rematados, con gusto, con el de desprecio. Las primeras series, con la derecha, tuvieron la virtud del templo y mando ante un novillo distraído tras cada muletazo. Subió de tono la faena cuando cogió la muleta con la mano izquierda, con una primera serie en la que el novillero estuvo muy firme y templado, con naturales ligados y de mano baja. Le costó más al novillo en la siguiente, pero Navalón fue tenaz para sacar todo el jugo a un novillo noble, pero con poca entrega. Dejó una estocada tendida que fue suficiente y tuvo el excesivo premio de las dos orejas y, por tanto, el seguro de abrir la puerta grande en tan señalado día.
Con la salida en hombros asegurada, no levantó Navalón el pie del acelerador y también apretó ante el quinto de la tarde, el de mayor entrega y franqueza del encierro. Con el capote, le saludó con delantales rematados con media y, trasrecibir el astado un puyacito, hizo un vistoso quite por cordobesas y tafalleras. No bajó el tono su cuadrilla en banderillas, sobre todo Javier Perea, quien dejó dos grandes pares. Con la muleta, citó en los medios y le ligo tres pases cambiados al de Montealto, que después se entregó en la muleta de un Navalón muy firme y más templado en el toreo al nautral, sobre todo en la primera serie. La entrega del astado fue a menos y ahí emergió un dispuesto novillero que, en la distancia corta, mantuvo la intensidad de una faena que remató con ajustadas bernadinas y media estocada que fue suficiente. Sumó una justa oreja, con petición de la segunda.
Argentino fue el primer novillo de la tarde, tan noble como soso. Suelto de salida tardó en repetir en el capote de Manuel Caballero, que enlazó varias verónicas con dos revoleras. En el caballo apenas se empleó y en banderillas se dejó. Tras el brindis al respetable, inició la faena junto a tablas, doblándose por abajo y ganando pasos al novillo hasta llegar a los medios, donde ligó varias series con la derecha, con poco contenido, por la sosería y falta de entrega del astado, que todavía tuvo peor condición por el pitón izquierdo, más parado y costándole tomar el engaño, por lo que Caballero le tuvo que arrancar los naturales de uno en uno. Volvió a la derecha, ya con el toro más apagado y puso todo de su parte el novillero, en la distancia corta. Dejó una estocada trasera que fue suficiente para que el toro doblase y aflorasen los pañuelos en los tendidos para cobrar la primera oreja de la tarde.
Entrega. Con una oreja en el esportón, salió Manuel Caballero a por todas ante el cuarto y lo que no aportó el novillo lo puso él. Su disposición se notó desde el saludo con el capote, con lances a la verónica muy templados rematados con dos medias de mucho gusto. Ya con la muleta, la faena comenzó sin mucho lucimiento, con una embestida descompuesta del astado. Cambió la muleta a la mano izquierda y la primera serie no fue muy lúcida por la falta de entrega del astado, pero mejoró el panorama con la siguiente, con naturales más templados y hondos, y a partir de ahí atacó al toro, dejándole la muleta puesta para ligar varias series intensas con la diestra. Con el novillo más apagado, porfió Caballero, firme y valiente, en la distancia corta, con varios circulares y muletazos clavado de rodillas. Tenía en su mano la puerta grande, porque sólo faltaba acertar en la suerte suprema y lo hizo con una estocada trasera y caída que fue suficiente para que el novillo doblase. Volvió a aflorar los pañuelosy el usía concedió una oreja, la que le abría la puerta grande, con petición de la segunda.
No tuvo el joven novillero sevillano la presentación esperada en esta plaza, propiciada principalmete por un novillo deslucido, sin entrega y protestón, al que dejó buenos lances a la verónica de recibo. Tras el paso por el caballo, donde no se entregó, y un tercio de banderillas en el que esperó, llegó el inicio de faena de un Zulueta que lo hizo doblándose por abajo, con buen gusto. Templó en su primera serie con la mano derecha, pero a partir de ahí todo fue a menos, con un novillo que no se entregó en el engaño y protestaba a mitad de muletazo. Empeoró el panorama al torear al natural, con el novillo más corto y echando la cara arriba, por lo que a partir de ahí todo fue buena voluntad de un novillero dejó una estocada caída para finiquitar al astado. Su labor fue silenciada.
No mejoró el panorama con el sexto para Zulueta, a quien correspondió el peor lote de la tarde. Un novillo sin entrega en los primeros tercios, protestado por blando tras doblar varias veces y que llegó a la muleta del sevillano con poco que aportar. Tan noble fue el astado como soso y blando en una faena en la Zulueta lo intentó por ambos pitones, con más voluntad que otra cosa. Abrevió en una faena que remató con ayudados por alto y estuvo poco certera con los aceros. Su labor fue silenciada.
FICHA
Ganadería. Se lidiaron seis novillos de Montealto, bien presentados, nobles y de poco juego; el mejor, el quinto.
Manuel Caballero. Tabaco y oro. Una oreja y una oreja.
Samuel Navalón. Sangre de toro y oro. Dos orejas y una oreja tras aviso.
Javier Zulueta.Celeste y oro. Silencio y silencio tras dos avisos.
Incidencias. La plaza registró más de media entrada.