Juan Martínez pregonó la Feria taurina de forma brillante

Pedro Belmonte
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El acto que inauguró el ciclo de nuestra ciudad llenó el Teatro Circo y contó con un protagonista excepcional, que mantuvo en todo momento el interés de los aficionados

Un momento del saludo de Juan Martínez, en el escenario del Teatro Circo. - Foto: Arturo Pérez

Eran las 20,30 horas cuando el telón del Teatro Circo se levantó para que sonara el pasodoble Pan y Toros del maestro Barbieri, magistralmente interpretado por la Unión Musical Ciudad de Albacete dirigida por el maestro Alberto Nevado, con lo que el solemne acto del Pregón Taurino quedó abierto. Presentó con maestría la periodista albacetense Mariló Leal, quien fue introduciendo todos los momentos de la gala manteniendo la atención total de los asistentes, que llenaron el emblemático Teatro Circo de nuestra ciudad, anunciando la sorpresa guardada al pregonero Juan Martínez, una bulería dedicada al pregonero y a la Virgen de los Llanos, interpretada con hondura y mucho sentimiento por el cantaor Paco Ruiz, acompañado a la guitarra por Juan Rodríguez El Cosco, momento que emocionó al protagonista de la noche. Con el ambiente favorable a un acontecimiento como este, la emoción ya era parte de la noche y Mariló Leal dio paso a un vídeo que repasó la vida taurina de Martínez, con imágenes de actuaciones, con recuerdo especial a su alternativa de la que el próximo día 12 se cumple medio siglo, en esta plaza, de manos del maestro Paco Camino y SM El Viti de testigo, un cartel de campanillas para un torero luminoso.

Uno de los momentos de mayor altura sucedió cuando la presentadora dio paso al gran periodista Pedro Piqueras, que se encargó de presentar a su amigo del alma Juan Martínez. Piqueras, amigo desde la infancia del pregonero y sin duda, el que mejor conoce la vida personal y taurina de Juan, introdujo al personaje desde vivencias personales, conversaciones y grandes faenas de su carrera, destacando el cambio de roles que la vida les condujo, pues entre sus sueños infantiles, Martínez iba a ser periodista y Piqueras torero, pero la vida se encargó de dar la vuelta a los sueños.

A partir de ahí le llegó el turno al pregonero, que ya emocionado antes de pregonar, mantuvo esa brillantez y clase que le adornó durante su carrera taurina y personal.

Comenzó su pregón poniendo en valor, que nuestra Feria taurina no es flor de un día, para destacar que muchos han sido los que la han ido levantando, consiguiendo que con el trabajo de todos se haya consolidado como una de las mejores de España, comenzando por los toreros, desde Mancheguito hasta la edad de oro de la Tauromaquia albacetense con Pedrés Montero y Chicuelo II, continuando con Cabañero, Abelardo Vergara y Pepe Osuna siguiendo por el Gran Dámaso y Rojas, para continuar con otra época  dorada de Sebastián Cortés, Ángel Rafael y el propio Juan Martínez. Punto y aparte mereció la figura de Manuel Caballero y los toreros que fueron quienes se miraron en él como Sergio Martínez, Abraham Barragán, Tendero, Juan Luis, Pinar y Serrano, hasta los actuales Molina, Peñaranda y Samuel Navalón, próximo a la alternativa sin olvidar a todos aquellos que lo intentaron y no llegaron. Momento de especial emoción fue cuando recordó a Daniel Ruiz, en cuya casa comenzó la andadura taurina de Martínez.

Hizo especial hincapié en todos los que han contribuido a que la feria esté donde esté, a los distintos equipos gubernativos, a las empresas que han pasado por nuestra plaza, responsables políticos y periodistas y especialmente a la afición, que en muchos momentos han tenido que hacer un esfuerzo para sacar el abono año tras año.

Alternativa.  A petición de su esposa Mati, con pudor, pero con orgullo habló de sus 50 años de alternativa, de aquel 12 de septiembre de 1974, que describió: «Aquella tarde luminosa de Feria vi cumplido el sueño que tiene todo aquel que emprende la aventura de ser torero. El sueño que me acompañó aquel lejano día en que, por primera vez me puse delante de una becerra en el Cortijo del Campo, la casa de mi compadre y amigo Daniel Ruiz, y a quien no agradeceré lo suficiente todo lo que e enseñó sobre los misterios de la bravura».

Dos orejas cortó al toro de su alternativa, destacando que aquella vuelta al ruedo fue lo más parecido a un paseo por el cielo, codeándose con los maestros que le acompañaron en aquella salida en hombros.

La emoción subió cuando recordó al que le apoyó siempre y estuvo a su lado, su padre Juan Martínez El Grande y a su madre Angelita, fallecida hace tan solo unos meses.

La última parte del pregón la dedicó a la Tauromaquia a su filosofía, a sus valores, tan importantes para el género humano, animando a defender este mundo, sin complejos, con la cabeza alta, respetando a los que no comulguen con la fiesta, pero exigiendo de ellos el mismo respeto. Destacó que la fiesta de los toros es un fenómeno antropológico, la fiesta de la cultura, que hace que la figura del torero sea el ultimo héroe romántico de la sociedad española.

 Tuvo palabras para brindar por su maestro y amigo Paco Camino, fallecido recientemente y por Pimpi, quien le acompañó en toda su carrera y que también nos dejó hace unas semanas.

Por último, brindó y dedicó a nuestra Virgen de los Llanos, a la que calificó como la «Virgen más torera» para disfrutar de una feria de arte, pasión y alegría.

Tras una larga ovación, se le entregó un recuerdo por parte del Ayuntamiento, de manos del alcalde de Albacete Manuel Serrano, quien agradeció al pregonero haber anunciado nuestra Feria taurina, invitando a todo el pueblo de Albacete a vivir con intensidad estos 10 días de feria y deseando suerte y éxito a todos los toreros que se darán cita en el abono. Igualmente, el primer edil entregó un recuerdo a la presentadora del acto Mariló Leal y al ilustre presentador del pregonero, el gran Pedro Piqueras, para clausurar el acto y dar paso a los pasodobles finales que interpretó con brillantez la Unión Musical Ciudad de Albacete, dirigida por el maestro Alberto Nevado.

En primer lugar, sonó Suspiros de España, compuesto por el maestro jienense Antonio Álvarez Alonso en 1902, a continuación, se interpretó el pasodoble emblemático Manolete, dedicado al IV califa del toreo, compuesto en 1939 por Pedro Orozco y José Ramos, finalizando el acto con Tercio de Quites, ese gran pasodoble que compuso el maestro de Cullera Rafael Talens.