La enfermedad renal crónica se ha convertido en un grave problema de salud pública en todos los países y también en España, donde se estima que afecta ya al 15% de la población, en cualquier estadio de la enfermedad e incluyendo a las personas sin diagnosticar.

La prevalencia del tratamiento renal sustitutivo de la función del riñón, es decir, el número de personas que están en diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal) o en lista de espera para recibir un trasplante ha aumentado en la última década en más de un 30%.

El la provincia de Albacete las personas que están en diálisis rondan las 250, entre los 78 que reciben hemodiálisis en el Hospital General Universitario de Albacete, los 125 que se dializan en la clínica concertada de la capital, 40 que tienen diálisis peritoneal y otros dos que desde hace escasamente unas semanas tienen instalado en sus domicilios todo el aparataje, previa formación, para recibir diálisis (otra persona más están en formación para sumarse a esta iniciativa y dos más en lista de espera).

La especialista en Nefrología de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, la doctora Esperanza López Rubio, aseguró que «siempre se busca que los pacientes que entran en diálisis puedan ser trasplantados porque está comprobado que la calidad de vida y la supervivencia es mucho mejor», aunque reconoció que no todos los pacientes son candidatos a ello por presentar otras comorbilidades, o un proceso oncológico activo o enfrentarse a la posibilidad de encontrar un donante compatible. 

De hecho, en lo que va de año, la Unidad de Coordinación de Trasplantes de la GAIde Albacete ha tenido el mejor arranque de año en su historia, con 10 donantes de órganos registrados, en poco más de dos meses, seis de ellos en asistolia y cuatro por muerte encefálica, según informó el coordinador enfermero de Trasplantes, Juan Pedro Olivas. Esta buena situación, fruto de la generosidad de los donantes ha permitido hacer hasta la f echa 15 trasplantes renales y exportar unos cuántos riñones, además de otros órganos, a otros hospitales, dentro del programa de intercambio entre centros del país; así como 21 injertos de córnea.

En estos momentos son 54 los pacientes en lista de espera para recibir un trasplante renal, y si bien no existe límite de edad ni en los donantes ni en los receptores, «el problema que tenemos ahora es que no tenemos receptores para los donantes de órganos añosos».

Ya el pasado año el Hospital General registró un 12%más de trasplantes renales que en 2022, en concreto 41, gracias a 19 donantes de órganos.

La doctora López Rubio indicó que si bien la vida media de un riñón trasplantado es de 15 años, «hay casos de trasplantes de casi 30 años de supervivencia».

consultas monográficas. Como si de un traje a medida se tratara, el Servicio de Nefrología dispone de consultas específicas monográficas adaptadas al grado de severidad del enfermo renal crónico. La última, en fase de construcción, está destinada al seguimiento de los pacientes con enfermedad renal en fase avanzada, que además de los médicos especialistas cuenta ya con el apoyo de una enfermera formada para ello, y el objetivo es lograr la incorporación de un equipo multidisciplinar más amplio, con psicólogos, y dietistas nutricionistas que puedan ayudar a estos pacientes, una vez se cuente con un espacio físico acorde para ello.