Cientos de ciclistas se suman al Paseo en 'Bici' por Albacete

E.F
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Un 'pelotón' lleno de animación y colorido hizo el recorrido de cai ocho kilómetros en un ambiente festivo

La cuesta que sube hasta la Plaza de Las Carretas fue el único 'puertillo' del recorrido. - Foto: R.S.

Varios centenares de ciclistas y algún patinador que se 'ajuntó' al pelotón  tomaron esta mañana la salida desde el 'Pincho' de la Feria al mediodía para disfrutar de un paseo de ocho kilómetros por su propia ciudad.

Decir que el pelotón era una 'serpiente multicolor' como en la Vuelta sería quedar corto. Había casi tantos 'looks' como modelos de bicis: de paseo, de carreras, de montaña y hasta 'choppers' moteras.

Estaba el que se toma muy en serio la bici y sale con el mismo equipo que llevaría para escalar el Puerto de Ancares; el que montaba relajadísimo una holandesa con sus 'peques', ellos a bordo de sus primeras bicis sin ruedecitas, o el optimista que le daba a los pedales con la novia de paquete.

La primera parte del recorrido fue llana. Salieron los ciclistas por Hermanos Jiménez, en dirección al Parque de Abelardo Sánchez. El tiempo acompañaba, con una mañana soleada pero sin agobios, incluso algo fresca cuando se pasaba por algún rincón en sombra.

Prosiguieron por el Paseo Simón Abril y, tras dejar atrás la Plaza de Gabriel Lodares, se adentraron por la calle Ancha hasta llegar al  cruce con Tinte. Todo en un ambiente muy relajado, sin demarrajes ni intentos de escapada, aunque comenzaba el primer desnivel, el que lleva hasta la Plaza de Las Carretas.

A pesar del ascenso, el personal tenía ganas de darle al pedal, pues  en poco más de 10 minutos la cabeza de carrera entraba ya por la Calle Salamanca y desembocaba, por fin, en el Paseo de la Cuba.

La última cuesta. Tocaba subir hasta el Puente de Madera -la última cuesta- y, desde allí, bajar con suavidad hasta llegar hasta la rotonda de la piscina, que cogieron para pasar delante de la Fábrica de Harinas.

Quedaba llegar a la Fuente de las Ranas, alcanzar el Altozano por el Paseo de la Libertad. Precisamente allí se dio la anécdota del día cuando, para dar paso a una ambulancia, los ciclistas hicieron el paseíllo al vehículo de emergencias para que pudiese pasar, todo con calma, con civismo.

Ya sólo quedaba regresar por la Calle Feria hasta el punto de partida. No consta que hubiese sprint final en la llegada.