Una de las señas de identidad del Albacete Balompié este curso es la resiliencia. El conjunto manchego ha mantenido su portería a cero en los últimos tres triunfos cosechados. De hecho, en este último mes de competición ha visto solamente una ocasión perforada su portería ante el Burgos CF. Dicho esto, no es de extrañar que el conjunto manchego se ubique entre los equipos que encabezan ciertos aspectos defensivos. Uno de los más llamativos es el de los bloqueos, y es que el equipo dirigido por Alberto González es el tercero que más ejecuta esta acción en lo que va de temporada en Segunda División con 113. En este honorífico ranking solamente le superan el Málaga CF con 116 y el líder de la categoría, el Levante UD, con 128. Pero ahí no acaba la cosa.

El Albacete también es el séptimo conjunto de la competición que más despejes lleva a cabo durante los encuentros con un total de 812. Los otros seis equipos que le superan en este indicador son: SD Eibar (823), su próximo rival CD Mirandés (834), Racing de Santander (834), Deportivo de La Coruña (861), Burgos CF (868) y SD Huesca (994). Con estos datos en la mano se puede concluir que el conjunto manchego ha adquirido un comportamiento solidario en la retaguardia, acentuado como muy pocas veces durante la victoria que obtuvo ante el Málaga en el Carlos Belmonte tras aguantar más de una hora de juego con nueve jugadores sobre el terreno de juego. No obstante, la labor de la pareja de centrales conformada por Lalo Aguilar y Pepe Sánchez en El Molinón también sumó a esta causa para frenar las acometidas de un Sporting de Gijón que, no obstante, atacó con más frecuencia de la que se podría esperar con la inferioridad numérica que padecía.

No cabe duda de que este Albacete Balompié está construyendo sus cimientos desde atrás y eso es lo que le está permitiendo cosechar mejores resultados y tener ya a ocho puntos la zona de descenso. A pesar de que su juego no está conectando con la afición como otras temporadas anteriores, lo cierto es que tiene muy cerca la posibilidad de cerrar una de las más tranquilas que se recuerdan en la capital manchega.