La Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo) celebró una asamblea que, al menos por lo que se deducía en el orden del día, iba a a ser bastante tranquila, pero que no lo fue a causa de la inquietud que despierta la conocida como 'orden de contadores'.

Esta orden se publicó en el BOE del 31 de octubre. Con ella, se quiere poner un caudalímetro en cada aprovechamiento de agua de España e interconectar todos entre sí, para crear una red telemática que cubra casi todo el territorio nacional para controlar  el uso de agua para riego.

El problema es que la Jcrmo aplica desde hace muchos años, y con gran éxito, un sistema de control basado en teledetección que se usa para controlar el cumplimiento de planes de explotación anuales. Así que muchos regantes se preguntan para qué hay que cambiar lo que ya funciona.

Uno de los regantes se dirige al presidente de la Jcrmo. - Foto: R.S.

"A la Confederación del Júcar se le ha transmitido nuestra disconformidad con que se aplique lo que es, simplemente, el café para todos", señalaba el presidente de la Jcrmo, Julián García Alcaraz, "porque hay temor a que desaparezca el modelo Mancha Oriental".

El origen de estos recelos, explicó, es simple: hasta la fecha, los sistemas basados en caudalímetros no han demostrado ser más eficaces que la teledetección. Es más, recordó, hay zonas donde se han generalizado y el control ha perdido eficacia, en vez de ganarla.

Por todo ello, el presidente de la Jcrmo subrayaba que no entiende la necesidad de cambiar un sistema por otro, hacer tabla rasa y empezar de cero, cuando tampoco se ha demostrado que ambos métodos sean incompatibles entre sí.

"Si hay que retocar un modelo, se retoca", afirmó, "pues siempre estamos dispuestos a hacer las actualizaciones que sean necesarias, pero lo que no es entendible es que algo que está funcionando se cambie de la noche a la mañana".

En paralelo, durante la celebración de la asamblea, se palpó en varias de las intervenciones la inquietud ante una posible declaración de la Mancha Oriental como acuífero en mal estado, lo que antes era la declaración de sobreexplotación.

"Claro que se ve que hay un riesgo", admitió el presidente, "ahora mismo, estamos en una dinámica que estamos viendo que no se está cumpliendo lo que la normativa del plan hidrológico pretende y para el horizonte del 2027 tenemos que recuperar el acuífero".

Por todo ello, y ante las inquietudes manifestadas por varios de los socios de la Jcrmo, se decidió convocar una asamblea general extraordinaria para ante de junio, para determinar la línea a seguir por parte de la Junta de Gobierno en el futuro más próximo.

Ahora mismo, la buena noticia son las lluvias, aunque por el momento los datos del mes de febrero indicaban que bajaba. No obstante, los próximos datos sí que reflejarán la incidencia de las precipitaciones, aunque siempre bajo la misma prevención.

"Un acuífero no es un embalse, tiene una dinámica distinta así que puede tardar meses en reflejar el impacto de las lluvias", precisó, "pero lo que está claro es que, gracias a la lluvia, tenemos un buen ahorro, agua que no se ha sacado, del orden de los 30 hectómetros".