Cada año da la sensación de que todo puede cambiar. Que el nuevo orden va a irrumpir en el circuito. La joven generación llega fuerte y ha echado a un lado a la 'camada' precedente, también prometedora, que ya se disuelve y que ve pasar el tiempo sin pena ni gloria o sin capacidad de dar un vuelco a cada año. Al final, nada se modifica. Sigue el de siempre.
A la espera de Rafa Nadal, al que se aguarda con esperanza y expectación, nadie es capaz de instalarse a la altura de Novak Djokovic, que cerrará 2023 como 'número uno', alcanzado las 400 semanas en la cima del 'ranking'.
Normalizada la situación, sin vetos por la COVID y la campaña al ritmo de antaño, el serbio, ganador de 24 Grand Slam, más que nadie, sigue a lo suyo. Intratable, inalcanzable a pesar de la buena pinta de los jóvenes que irrumpen aunque no lo suficiente como para cuestionar la autoridad del balcánico.
La retirada de Roger Federer y el arrinconamiento provisional de Nadal han dado vía libre a Djokovic, que el pasado domingo alzó su séptima Copa de Maestros. Más que nadie. Más que el legendario jugador de Basilea, con el que mantenía un equilibrio en el número de premios en las Finales de la ATP. La pelea por ese título remarcó la distancia entre el poderío de dos generaciones. La representada por el de Belgrado con un dominio sin igual solo compartido con el suizo y el español en el reparto de éxitos y la que lidera Jannik Sinner junto a Carlos Alcaraz.
El italiano y el murciano han relegado al 'rincón de pensar' a otro puñado de prometedoras raquetas a las que no les ha terminado de dar para inquietar el reinado de los 'tres magníficos'. Ni Daniil Medvedev, ni Alexander Zverev, ni el olvidado Dominik Thiem, ni Stefanos Tsitsipas, abanderados de la talentosa 'camada' que prometió un tiempo nuevo en las pistas, han sido capaces de cuestionar el absolutismo de la brillante y madura terna.
La tiranía de Djokovic, Nadal y Federer, sostenida en el último lustro por el serbio y el balear, perdura desde hace dos décadas. De los 79 Grand Slam disputados en los últimos 20 años, solo 14 se le escaparon al 'Big Three' (Djokovic, Nadal y Federer).
Pero lo de Djokovic supera toda la lógica. Noventa y ocho trofeos en el circuito alumbran su recorrido; cinco menos que Federer y 11 por debajo de Jimmy Connors, que se retiró con 109, más que nadie en lo que va de historia. En 2023 añadió siete, uno más que Alcaraz. Los Masters 1.000 de París y Cincinatti, el torneo de Adelaida, los Abiertos de Australia y Estados Unidos, Roland Garros y la Copa de Maestros.
Y es que, a sus 36 años, el balcánico ha firmado una de sus temporadas más brillantes. Supera a todos en 'grandes' en su vitrina, en Masters 1.000, en Finales de la ATP y en semanas al frente del 'ranking' mundial. Solo él mismo conoce su techo, o ni siquiera pueda ser consciente de lo que aún le queda por delante, pudiendo cerrar el año, incluso, levantando la Copa Davis en Málaga.