Hace 40 años que un grupo de voluntarios elabora las fritillas que estos días se degustan en La Roda. Unas 3.500 piezas que se repartirán entre las distintas asociaciones sociosanitarias de la localidad; Asociación de Párkinson, Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer, AFA, Asprona, la residencia municipal…Además de las que se sirvieron en pasado lunes por la tarde, en la fiesta dedicada a las personas mayores en la Caja Blanca y las que también se han preparado para el Mercadillo de Carnaval que se celebra hoy, festivo local.
La idea de elaborar y distribuir las fritillas surgió en la Universidad Popular cuando un grupo encabezado por Cari comenzó a prepararlas en La Roda. Una de las voluntarias nos cuenta que en Villarrobledo se hacían estas fritillas, allí llamadas tortas fritas. «Cari fue quien trajo la receta, empezamos y a la gente les gustó», explica.
La enfermería de la Plaza de Toros ha servido de improvisada cocina durante todos estos años, hasta que el Ayuntamiento ha recuperado las antiguas viviendas de los trabajadores de Renfe donde ha habilitado aulas para la Universidad Popular y una cocina industrial. En esta cocina es donde por primera vez, este grupo ha elaborado las fritillas de este año. Empezaron el pasado domingo. «Hicimos unas 900 fritillas el domingo», cuenta Ángel, voluntario desde hace 13 años, «y ayer hicimos otras 500 más». Estarán hasta el jueves, al día siguiente irán a Asprona y a la residencia municipal de mayores. «Este año estamos de enhorabuena por las nuevas instalaciones» añade Ángel, «aquí se puede venir hasta para no cobrar que es lo que hacemos», bromea. Además de las 15 personas que forman el grupo, «los fijos» como dicen ellos, cuantan con ayuda de otros voluntarios que se acercan a colaborar cuando pueden.
El alcalde Juan Ramón Amores visitó a los voluntarios que realizan las fritillas. - Foto: T. MorenoCada uno tiene asignada su función. José es de los más veteranos. A nuestra pregunta sobre la tarea que desempeña en el equipo, responde: «Yo les reniego», dice sonriendo, refiriéndose a las señoras que estiran y dan forma a la masa. «¿No ves que coloradas están?». Antes amasaba, pero ahora es el encargado del chocolate. «José se ha jubilado y me ha pasado el relevo», apunta Federico. La frase más repetida entre ellos es «el ambiente es muy bueno. Estamos muy a gusto».
Los caballeros preparan la masa y calientan el aceite. Madrugan más para que todo esté listo cuando lleguen las señoras a estirar la masa. Sagrario y Carmen también son voluntarias, tras darle unos golpes, colocan la masa en su rodilla. «Es donde mejor se estira, en la rodilla», explican «en el tablero se pegan. Con una servilleta fina sobre la rodilla toman la forma muy bien». Ayer, los voluntarios recibieron la visita del alcalde, Juan Ramón Amores, y de varios concejales de la Corporación Municipal. Les hicieron entrega de un detalle, un estuche de vinos a cada uno, por su trabajo en la elaboración de estas fritillas.