Cuando un error se repite, se convierte en tendencia. El Gobierno volvió a dejar al rey Felipe VI sin el 'ministro de jornada' que, según costumbre, le asiste en los viajes oficiales. Sucedió en junio en el viaje a los Países Báltico y también en la toma de posesión del presidente de Argentina Javier Milei y en la de Nayib Bukele presidente electo de El Salvador. El último ninguneo se produjo en el viaje oficial a la República Dominicana para asistir a los actos inaugurales de la presidencia de Luis Abinader.
Pedro Sánchez, que preside un Gabinete formado por 22 ministros, con mucho el más numeroso desde que se aprobó la Constitución, ha relegado la representación al nivel de secretarios de Estado. En esta ocasión, la titular de la Secretaría para Iberoamérica. Dejar al rey Felipe VI desasistido de 'ministro de jornada' en los viajes oficiales es una maniobra de La Moncloa para intentar rebajar la proyección política de la figura del Rey en la vida pública como expresión de la funcionalidad de la Corona.
Afortunadamente el prestigio del Rey y la proyección internacional de su persona, sobre todo en los países de Hispanoamérica, desbarata la maniobra como se pudo ver en los reiterados gestos de cariño que recibió en la República Dominicana. España es un país querido en aquella república. Entre nosotros residen cerca de doscientos mil dominicanos. Una razón más para cuidar las relaciones bilaterales. Intentar rebajar el nivel de las visitas oficiales del Rey revela cierto grado de retorcimiento. Se diría que Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, lleva mal no ser el único en todo. Dejar sin la asistencia de un 'ministro de jornada' -cuando tenemos un Gabinete formado por 22 que están de vacaciones- no se puede justificar. Ya digo, más que un error va camino de convertirse en tendencia.