La Abuela Santa Ana celebra la Exaltación del Traje Manchego

Dolo Cambronero
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La prenda protagonista de este año ha sido la basquiña, una falda habitualmente de color negro que se impuso a las mujeres a principios del siglo XIX "por recato"

Mujeres de la Abuela Santa Ana que portan basquiñas, durante el acto de Exaltación del Traje Manchego. - Foto: Arturo Pérez

El Grupo Folclore Abuela Santa Ana ha vuelto a acercar hoy a la ciudadanía la indumentaria tradicional de la tierra dentro del habitual acto de Exaltación del Traje Manchego, que cumple su 34ª edición y que este año se ha centrado en dar a conocer la basquiña, un tipo de falda exterior que solía ser de color negro y que vino a tapar, aún más, a las mujeres en el siglo XIX.

La jornada ha arrancado a las once y media en la explanada de la catedral de Albacete, desde donde ha partido en dirección hacia los Jardinillos el cortejo, en el que han participado unas sesenta personas, entre ellas varios niños que encabezaban la comitiva, en la que se han podido ver atuendos de distintas tipologías y épocas. En el acto tampoco ha faltado el emblemático Valeriano Belmonte, que ha dedicado unas palabras al traje manchego.

Cerraban el desfile los músicos de la Abuela Santa Ana, que han interpretado canciones tradicionales en el camino hacia los Jardinillos, donde ha tenido lugar el acto, en el que se mostró la basquiña, una falda que impuso la Iglesia "por recato" a principios del siglo XIX a las mujeres porque consideró que la indumentaria de ellas en aquella época era "muy descocada", relató Alberto Montesinos, responsable del grupo de folclore.

A las autoridades eclesiásticas les parecía demasiado "provocativo" el vestuario que portaba la mujer en aquel momento y que incluía distintas capas: camisa interior, refajo de interior, varias enaguas para ahuecar la indumentaria y refajo exterior, a lo que se añadió la basquiña, más el pañuelo o mantón. Esta falda exterior era habitualmente de color negro porque se utilizaba en momentos de solemnidad y las había de distintos tejidos como seda o lana, entre otros.

Ante numeroso público, el acto ha ido intercalando la interpretación de música tradicional con la muestra de distintas prendas tradicionales, aunque la protagonista ha sido la basquiña.

"A lo largo de estos años hemos ido enseñando todo tipo de prendas con el fin de dar a conocer nuestro vestir popular, cómo se vestían antiguamente nuestros antepasados y cómo se ponían las prendas, porque no se portaba igual un pañuelo de labor que uno de fiesta", expuso Montesinos.

Las modas no pasaban tan rápido hace unos siglos como en la actualidad, aunque la ropa de la mujer evolucionaba a mayor ritmo que la de los hombres. Ante esos cambios en la indumentaria femenina, la Iglesia se planteó en el siglo XIX que era "un tanto inmoral" y buscó que las féminas vistieran de forma más recatada, "cerrando escotes, alargando las faldas y las mangas de los jubones".