Ucrania ha cesado al jefe del mando norte del Ejército, que está a cargo de la operación militar que Kiev lleva a cabo desde el pasado agosto en la región rusa de Kursk, según ha confirmado a la televisión pública ucraniana, Suspilne, el propio general destituido, Dmitró Krasílnikov.
El afectado ha explicado a la televisión pública que no se le ha explicado el motivo del cese, que se produce después de que las fuerzas de Kiev hayan perdido en pocos días buena parte del territorio que controlaban en Kursk y cuando fuentes oficiales rusas aseguran que las tropas ucranianas han empezado a retirarse de la región fronteriza rusa.
El cese de Krasílnikov había sido adelantado anoche en sus redes sociales por la diputada Mariana Bezugla, que es muy crítica con el jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski.
Ucrania llegó a controlar en la región rusa de Kursk más de mil kilómetros cuadrados.
Kiev pretendía utilizar ese territorio como moneda de cambio para recuperar alguna zona ocupada por Rusia en unas eventuales negociaciones de paz.
Las tropas ucranianas se están retirando en la región fronteriza rusa de Kursk, controlada parcialmente por Kiev desde agosto de 2024, informó hoy la Guardia Nacional de Rusia.
"Los soldados de la agrupación de fuerzas de la Guardia Nacional junto con unidades del Ministerio de Defensa están golpeando a las tropas del Ejército ucraniano que se están retirando en el distrito de Sudzha", señala el comunicado en su página web.
Las fuerzas rusas martillean al enemigo ucraniano, lo que incluye tanto tropas como equipos militares, con la ayuda de drones de asalto, añade la nota.
A su vez, el canal de Telegram Shot informa de que efectivos de las fuerzas aerotransportadas han izado la bandera nacional en las inmediaciones del edificio del Ayuntamiento de Sudzha.
"Ahora nuestros militares continúan afianzándose allí y empujando al enemigo hacia la región de Sumi. Los combates son incesantes", señala.
Shot destacó que "la mayoría" de soldados ucranianos está abandonando la región y sólo unos pocos se han quedado atrás y ofrecen resistencia.
El ejército ucraniano había perdido en los últimos diez días casi 200 kilómetros cuadrados de territorio en Kursk, donde protagonizaron en agosto del pasado año la primera invasión de territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Su pérdida de terreno coincidió con la decisión de Estados Unidos de suspender los suministros de armamento y dejar de compartir datos de inteligencia con Kiev.
Los ucranianos combatieron durante los últimos meses en Kursk no sólo contra los soldados rusos, sino también contra los refuerzos norcoreanos.
En el marco de la primera ronda de negociaciones con Estados Unidos en Arabia Saudí, Ucrania aceptó el martes una tregua de 30 días a lo largo de todo el frente con la condición de que Rusia también acate el alto el fuego.
No obstante, el Kremlin y los políticos rusos mantienen un riguroso silencio sobre la tregua, opción que antes Moscú rechazó categóricamente.
"Ucrania acepta esta propuesta. Consideramos que es positiva. Estamos preparados para dar este paso", dijo anoche Zelenski, quien llamó a Washington a convencer a Moscú para que el alto el fuego entre en vigor lo antes posible.